viernes, 3 de mayo de 2013

AL OÍDO DE LA SECRETARIA DE CONVIVENCIA CIUDADANA


CARTA DE LA SEMANA

AL OÍDO DE LA SECRETARIA DE CONVIVENCIA CIUDADANA
 

Por. René Orozco Echeverry 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 ·    Terminará “el mandato” en un abrir y cerrar de ojos, y nada
      cambiará, todo seguirá igual.
·     Las autoridades han sido tolerantes y han actuado con atonía en
      ejercen el control urbano.
·     La administración, no ha encontrado solución distinta que aplicar
      medidas represivas o recurriendo al desalojo, sin haber previsto
      donde serían reubicados.
·     Las recientes declaraciones de quien tiene a su cargo el “control
      físico”, son desilusionantes, insulsas y triviales.


Ledis Torres Copete, veterana en las lides de la administración, atornillada desde antes de que buenaventura fuera distrito y quien ocupa hoy la cartera, en cargada de velar por el respeto y preservación del espacio público y que éste permanezca incólume, busca afanosamente cómo resolver el espacio usurpado por la informalidad, y cómo evitarlo. Si opta por ponerle coto, desalojándolos como hierva mala, difícilmente podrá detener la avalanchas de nuevos “ocupantes" que se avecina: los desocupados locales y los extraños atraídos por la pujanza floreciente que nos señala los tiempo por venir.
 

No basta señalarla como la funcionaria de todo el tiempo, los buenos o los malos, solo podemos aseverar que siempre estuvo con los buenos y con los malos, más con los malos en quienes recae la responsabilidad y de haber despilfarrado de cerca de $ 95.000 millones que el Gobierno Nacional había destinado para la educación de los niños pobres de Buenaventura, tiempos más malos que buenos, más corruptos que honestos, administraciones y mandatarios que ella vio pasar, más ineficientes que eficientes.

Ahora que podemos esperar de esta diva la más experimentada, por demás, ahora encargada de regir el “orden urbano” de la ciudad, como si ese fuera su mayor fortaleza. No basta con haber sido, como los toros bufos, toreados en muchas plazas y, hay que decirlo sin desparpajo, Ledis Torres no conoce ni sabe en absoluto, de los problemas urbanos, a quien le damos a su favor, el beneficio de que ella no está obligada necesariamente a conocerlos y mucha más resolverlo. Es de su incumbencia y es su obligación, saber escoger asesores idóneos, para que supla su ignorancia.

La trama urbana de la ciudad caracterizada por calles y carreras, heredada de la cuadra española, contribuye a la ocupación del área destinada a la circulación peatonal.

La calle y el andén por estar al mismo nivel, no ofrece ningún impedimento para que sean ocupados,  que delimitados con cualquier “parapeto arquitectónico", lo impide y separa la circulación vehicular de la peatonal, sin que quede espacio para que sea aprovechado por el vendedor estacionario o ambulante.

Ejemplos que lo han lograrlo son muchos, solo cito uno que lo consiguió con éxito: el del Edificio “Coopercol"; en la “Calle Nueva”, invadida por vendedores de todas clases, para proteger el acceso frontal, en el borde del “anden“ construyeron pilastras de las que cuelgan cadenas,  esta barrera fue suficiente para evitar que el andén fuera invadido, y hoy, 28 años después, es el único pretil” del sector que no ha sido invadido por la informalidad. Esta es una de las tantas formulas por las que se puede optar y demuestran que es posible impedirlo sin tener recurrir a métodos violentos como históricamente ha venido sucediendo.

Las autoridades han sido tolerantes y han actuado con atonía en ejercen el control urbano, permitiendo que Vendedor Ambulante se ubiquen donde le dé la “gana”, impidiendo la libre movilidad del ciudadano, sin que la municipalidad haya encontrado solución distinta que aplicar medidas represivas y recurriendo al desalojo sin haber previsto donde reubicarlos.

La población Informal en la ciudad de Buenaventura llega a alcanza guarismos preocupantes, el 80% de la población desocupada, el 60% derivan su sostenimiento de la informalidad.

Las recientes declaraciones de quien tiene a su cargo el “control físico”, de ese secretaria, son desilusionantes, insulsas y triviales; me resisto a creer que sea esa la política que le haya indicado quien tiene a su cargo orienta y dirige la Secretaria de Convivencia Ciudadana. “Conversación y socialización”, “cultura de la ciudad”, y “mejor cara” no son términos propios ni usuales en el argot urbanístico, menos que con vana terminología se pretenda resolver y detener al agresivo invasor propio o extraño, a que está expuesta y donde día tras día va in crescendola anormalidad ciudadana.

Las fórmulas que hoy se vienen aplicando al “orden urbano”, concebido con un exagerada y desproporcionada apreciación de los valores estéticos, conllevan y ubica al habitante citadino insensiblemente como un objeto que estorba en su propia ciudad.
 
Buenaventura 2013