domingo, 17 de febrero de 2013

Columnita invitado Armando Orozco Tovar

Columnita invitado:


CAMBIO DE FOTOS
Por: Armando Orozco Tovar
Ayer mi hijo quitó el afiche de la pared de su cuarto, y puso un cartel con la foto de Pablo Escobar. Porque yo también creo que la telenovela que están presentando por televisión le servirá mucho para su formación. Muestra a un hombre bueno, valiente y generoso, y no el “zarrapastroso” del afiche, ese que como mal ejemplo quiso acabar con los bancos y el dinero.

En cambio Pablo si lo lanzaba a montones sobre las cabeza de los que lo seguían en su región, como a un verdadero benefactor de los pobres. En las fiestas también regalaba el dinero a manos llenas. Y todos lo respetaban y obedecían como a un general a punto de comenzar una batalla… que emprendió con gran éxito.
Además la tele lo muestra como a un ferviente católico, persignándose a cada rato, y rezándole con su mamá al Niño Jesús de Atocha, para que los protegiera de sus enemigos.

No fumaba cigarrillos, pero sí marihuana que no hace daño.

Tampoco aspiraba cocaína en polvo por la nariz, que era el producto que distribuía a gran escala.
 
Estoy seguro que el de la foto del afiche, la hubiera rechazado como forma de obtener dinero para su causa. En cambio Pablito – como le dicen en el barrio con su nombre, porque lo fundó regalando casas para conseguir votos, si la aprovecho, llevándola en lanchas, o lanzándola desde sus avionetas sobre Estados Unidos.

Obteniendo de esta forma enormes ganancias en dólares: un capital que hubiera servido para pagar muchas veces la deuda externa del país. Pero que los políticos envidiosos no dejaron, porque aquí no se quiere salir de la pobreza.
 
Hasta el momento la serie tiene gran éxito. Mi hijo no se pierde ni medio capítulo.

Y sobre todo le gustó mucho cuando el protagonista sale en defensa de un amigo coleccionista de finos caballos, acabando sin consideraciones con los guerrilleros de un movimiento, que le había secuestrado a su hija, utilizando para ello los métodos que fueran necesarios.  


Ahora no importa que él cambie las fotos en su habitación, y no vuelva a leer los libros que le mandan los profesores del colegio: ¡Qué pereza! Pues para su formación tiene de sobra con un sólo capítulo de esta telenovela, sobre la vida de uno de los hombres más dadivosos y valerosos de nuestra historia.

 
En esta telenovela se muestra a don Pablo como fue en vida: un comerciante con agallas consiguiendo todo el  billete deseado…  Un verdadero artista de las finanzas como los que necesita este país.

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