jueves, 10 de abril de 2014

LA ULTIMA VISITA DE JORGE ELIECER GAITAN A MEDELLIN.


ElCIBERECO . Buenaventura Col. 
09.04.2014

Crónica especial.

 

A los 66 años del asesinado del doctor Jorge Eliecer Gaitán recordamos:


Arq. René Orozco E.

 
 

LA ÚLTIMA VISITA DE JORGE ELIECER GAITAN A MEDELLIN  


Por: René Orozco Echeverry





Jorge Eliecer Gaitán

“¡Pueblos, por vuestra victoria moral ¡a la carga!, por la restauración moral ¡a la carga!, por vuestra victoria ¡a la carga!, por la derrota de la oligarquía ¡a la carga¡”, 

 



Doctor Jorge Eliecer Gaitán



 
Me resulta hoy 66 años del asesinato de Gaitán recordar con exactitud en que año fue la última vez el caudillo, visito triunfalmente a Medellín.

Si no estoy mal, fue en 1946, dos años antes de 1948, del vil asesinato del doctor Gaitán, estudiaba en ese entonces “bachillerato” en el Liceo Antioqueño de  la Universidad de Antioquia.
Federico Estrada Vélez, le faltaban pocos años para graduarse de abogado, de la misma Universidad.  Por mi parte me caracterizaba de ser buen dibujante, retratista y caricaturista hizo, que el estudiante de abogacía me llamara para que hiciera una serie de “pancartas” alusivas a la visita que el caudillo liberar quien aspiraba llegar a la presidencia y por segunda vez venía a Medellín.  
Con los retratos de Echandía, Lleras, Chaus, Diego Luis Córdoba y otros jefes liberales, y por su puesto Jorge Eliecer Gaitán. Para retribuir ese esfuerzo, fui incluido en la lista de liberales que estudiaban en la Universidad de Antioquia.
 
Fernando Botero, mi compañero de estudio


Fernando Botero, no participó en este evento, no sé si era porque era godo, aun cuando no gozaba la fama, ni era tan popular, pero mostraba su talante de artista en las alegorías, para la página de poesía que “El colombiano de Medellín” publicaba los domingos.

A la llegada al aeropuerto Olaya Herrera a inmediaciones del avión que traía tan distinguida y selecta comitiva de políticos que venían de Bogotá.
 
 Nuestra delegación estudiantil pegada a la escalerilla, iniciaba la larga calle de honor, fuimos los  primeros en darle el saludo de bienvenida al doctor Gaitán, implacable, vestido de paños gris, saco cruzado, con sombrero también gris con cinta de  negra y lustrosa, soportaba en su brazo derecho un gabán sedoso   negro. 
 

Jorge Eliecer Gaitán, luce elegantemente su abrigo

Fui el primero de la fila a quien el doctor Gaitán saludó de   mano sensiblemente emocionado, y con demás compañeros hizo lo mismo.
 El recibimiento fue tan apoteósico que la gente agolpada llenaba la avenida que partía de la “pista del aeropuerto” para terminar en la “Plaza de Cisneros”.

Nunca más en mi vida literalmente presencie cosa semejante, gentes y gentes tanta gente conjugaba alrededor de un hombre pequeño y delgado, mágico que atraía y, bastaba su presencia y su voz para seducir.
Lateral y a la derecha de la Estación del Ferrocarril, en una casona vieja de dos pisos, desde un estrecho balcón lo escuchamos repetidamente hablar de las oligarquías predominantes y opresoras del pueblo,
 

 
 
En un costado de la Plaza de Cisneros Jorge Eliecer Gaitán se dirige al pueblo de Medellín que cautivo con su inigualable elocuencia.
 
En contraste cuando vino la primera vez y desde un balcón del Parque de Berrio   al dirigirse a los manifestante, fue abucheado lanzándole piedras para impedir que hablara.
 
Sin que suspendiera su discurso tomó en el aire una de las piedras que le lanzaban, haciendo la intentona de devolvérselas, dijo que no lo hacia para no descalabrar a cualquiera.
 
 
 
 
Se entró gritándoles decía que si quería apedrearlo lo hicieran frontalmente, confundiéndose con los que protestaban. En medio de la muchedumbre y habiéndola milagrosamente apaciguado, volvió a la tribuna donde se le escucho atentamente uno de sus más famosos y bellos discurso esa tarde.  
a quien fustigaba con directa ironía con su gestos y su grito “A LA CARGA”, al tiempo que lanzando su mano derecha empuñada viento gritaba. -“MAMOLA”-  Gesto característico para señalar las mentiras de gobierno de y de la las oligarquías de turno alas que combatió tanto y poco, que finalmente lo asesina.
 
 
 

Ensimismado de ver el caudal de tantas gentes que lo avivaban fervorosamente en la “Plaza de Caicedo de Medellín”, Gaitán grito: “NO SOY UN HOMBRE, SOY UN PUEBLO”.  

Esto ocurrió y lo presencié, cuando pasaba por mis 17 años, tarde que nunca pude olvidar,  en ese de Medellín de mi juventud ya lejana, donde deje mi vida y el amor.  



Nadie, nadie  después, ni político alguno ha podido llenar esta histórica plaza en el entorno del Edificio de la Estación  Ferrocarril de Antioquia.

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