LA ULTIMA VISITA DE JORGE ELIECER GAITAN A MEDELLIN.
09.04.2014
Crónica especial.
A los 66 años del asesinado del doctor Jorge Eliecer Gaitán recordamos:
Arq. René Orozco E. |
LA ÚLTIMA VISITA DE JORGE ELIECER GAITAN
A MEDELLIN
Por: René Orozco Echeverry
“¡Pueblos, por vuestra victoria moral ¡a la carga!, por la restauración moral ¡a la carga!, por vuestra victoria ¡a la carga!, por la derrota de la oligarquía ¡a la carga¡”,
Si no
estoy mal, fue en 1946, dos años antes de 1948, del vil asesinato del doctor Gaitán, estudiaba en ese entonces
“bachillerato” en el Liceo Antioqueño
de la Universidad de Antioquia.
Federico
Estrada Vélez, le faltaban pocos años para graduarse de abogado,
de la misma Universidad. Por mi parte me caracterizaba de ser buen
dibujante, retratista y caricaturista hizo, que el estudiante de abogacía me
llamara para que hiciera una serie de “pancartas” alusivas a la visita que el
caudillo liberar quien aspiraba llegar a la presidencia y por segunda vez venía
a Medellín.
Con los retratos de Echandía, Lleras, Chaus, Diego
Luis Córdoba y otros jefes
liberales, y por su puesto Jorge Eliecer Gaitán. Para
retribuir ese esfuerzo, fui incluido en la lista de liberales que estudiaban en
la Universidad de Antioquia.
Fernando Botero, mi compañero de estudio |
Fernando Botero, no participó en este evento, no sé
si era porque era godo, aun cuando no gozaba la fama, ni era tan popular,
pero mostraba su talante de artista en las alegorías, para la página de
poesía que “El colombiano de Medellín”
publicaba los domingos.
A la llegada
al aeropuerto Olaya Herrera a
inmediaciones del avión que traía tan distinguida y selecta comitiva de
políticos que venían de Bogotá.
Nuestra
delegación estudiantil pegada a la escalerilla, iniciaba la larga calle de
honor, fuimos los primeros en darle el saludo de bienvenida al doctor
Gaitán, implacable, vestido de paños gris, saco cruzado, con sombrero
también gris con cinta de negra y lustrosa, soportaba en su brazo
derecho un gabán sedoso negro.
Fui el primero de la fila a quien el doctor Gaitán saludó de mano sensiblemente emocionado, y con demás compañeros hizo lo mismo.
El
recibimiento fue tan apoteósico que la gente agolpada llenaba la avenida que
partía de la “pista del aeropuerto” para terminar en la “Plaza de Cisneros”.
Nunca más en mi vida literalmente presencie cosa semejante, gentes y gentes tanta gente conjugaba alrededor de un hombre pequeño y delgado, mágico que atraía y, bastaba su presencia y su voz para seducir.
Nunca más en mi vida literalmente presencie cosa semejante, gentes y gentes tanta gente conjugaba alrededor de un hombre pequeño y delgado, mágico que atraía y, bastaba su presencia y su voz para seducir.
Lateral y a la derecha de la Estación del Ferrocarril,
en una casona vieja de dos pisos, desde un estrecho balcón lo escuchamos
repetidamente hablar de las oligarquías predominantes y opresoras del pueblo,
En un costado de la Plaza de Cisneros Jorge Eliecer Gaitán se dirige al pueblo de Medellín que cautivo con su inigualable elocuencia.
En contraste cuando vino la primera vez y desde un balcón del Parque de Berrio al dirigirse a los manifestante, fue abucheado lanzándole piedras para impedir que hablara.
Sin que suspendiera su discurso tomó en el aire una de las piedras que le lanzaban, haciendo la intentona de devolvérselas, dijo que no lo hacia para no descalabrar a cualquiera.
Se entró gritándoles decía que si quería apedrearlo lo hicieran frontalmente, confundiéndose con los que protestaban. En medio de la muchedumbre y habiéndola milagrosamente apaciguado, volvió a la tribuna donde se le escucho atentamente uno de sus más famosos y bellos discurso esa tarde.
a
quien fustigaba con directa ironía con su gestos y su grito “A LA CARGA”, al tiempo que lanzando su
mano derecha empuñada viento gritaba. -“MAMOLA”- Gesto característico para señalar las mentiras de gobierno de y de la las oligarquías de turno alas que combatió tanto y poco, que finalmente lo asesina.
Ensimismado de ver el caudal de tantas gentes que lo avivaban fervorosamente en la “Plaza de Caicedo de Medellín”, Gaitán grito: “NO SOY UN HOMBRE, SOY UN PUEBLO”.
Esto ocurrió y lo presencié, cuando pasaba por mis 17 años, tarde que nunca pude olvidar, en ese de Medellín de mi juventud ya lejana, donde deje mi vida y el amor.
Nadie, nadie después, ni político alguno ha podido llenar esta histórica plaza en el entorno del Edificio de la Estación Ferrocarril de Antioquia.
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