Médico que inventó el stent dice que ha logrado salvar muchas vidas
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Por: Redacción de El PaísSábado, Abril 5, 2014
Uno de los médicos más importantes de las últimas décadas estuvo de visita en Cali. Se trata de Julio C. Palmaz MD, el creador del primer stent intravascular comercial. El motivo de su estancia fue hacer pruebas en pacientes locales en la Clínica de Occidente, para probar nuevas tecnologías del dispositivo.
En sus propias palabras, el stent es un “soporte interno de vaso”. Es decir, un dispositivo que se instala dentro de los vasos (venas, arterias o conductos) para que se mantengan abiertos y evitar su colapso. “El stent tiene un rol fundamental en el infarto agudo del miocardio y se salvan muchas vidas gracias a él”, señaló el experto argentino.
Palmaz contó que la idea le surgió con la motivación de hacer algún aporte a la medicina. “Ese fue el motivo por el que viajé a los Estados Unidos, porque buscaba poder hacer algo nuevo. Y la oportunidad se me ofreció cuando encontré con la nueva tecnología de la época que era la angioplastia por balón. Vi la necesidad de utilizar dispositivos implantables para mejorar los resultados en los pacientes”, dijo.
Tras muchos años de investigación y espera, el proyecto que comenzó en la Universidad de Texas, se materializó y obtuvo la patente en 1988.
“Como todas las ideas nuevas, la dificultad más grande siempre es el rechazo. Cuando uno es joven y no tiene todavía la seguridad para hacer que lo escuchen, entonces toca esperar en fila. Y eso fue lo que me pasó, había muchas buenas ideas en esa época, fines de los 70 y principios de los 80 y cada uno tenía que probarse. Eso son años de espera, pero eventualmente nos dieron la oportunidad”, cuenta el inventor.
Nacido en La Plata, se graduó en 1971 de la Universidad Nacional y dice que es producto 100 % de la educación argentina. “Cuando me fui a Estados
Unidos me sentí muy bien preparado. Me comparaba con la gente que estudiaba conmigo y siempre me sentí mejor educado. En toda mi vida la base de educación que recibí en Argentina fue suficiente, en todo lado del mundo”.
Además, aseguró que ser latino en ese país nunca le representó una dificultad. Por el contrario, dice que siempre encontró apoyo en sus proyectos.
El experto ha sido reconocido en diversas ocasiones. Como en el 2006, cuando fue incluido en el Hall de la Fama de Inventores en Estados Unidos. En ese mismo año, además, se creó el Premio Julio Palmaz para la Innovación en Salud y Biociencia, en su honor.
Lo otro, menciona, es no tratar de abarcar áreas muy grandes. “Uno tiene que adaptar el objetivo de acuerdo a la capacidad de uno y a las circunstancias. Hay que proponerse ser el número 1 del mundo en esta área, así de chiquitita”.
En cuanto al futuro lejano de la medicina, piensa que es difícil hacerse una idea. “Se empieza uno a hacer preguntas como ¿Van a existir médicos o las computadoras se van a hacer cargo? Vislumbro al médico simplemente como alguien que pueda estar al comando de una súper computadora, no como operador directo”.
Médico que inventó el stent dice que ha logrado salvar muchas vidas
Julio Palmaz, el médico argentino que inventó el dispositivo que sirve para destapar arterias obstruidas, estuvo de visita en Cali. Dice que la ciencia es cuestión de paciencia.
Palmaz asegura que la medicina en Colombia está a la altura de la medicina en otras partes del mundo, como Estados Unidos. Piensa que la seguridad del paciente ha mejorado en los últimos 20 años.
Uno de los médicos más importantes de las últimas décadas estuvo de visita en Cali. Se trata de Julio C. Palmaz MD, el creador del primer stent intravascular comercial. El motivo de su estancia fue hacer pruebas en pacientes locales en la Clínica de Occidente, para probar nuevas tecnologías del dispositivo.
En sus propias palabras, el stent es un “soporte interno de vaso”. Es decir, un dispositivo que se instala dentro de los vasos (venas, arterias o conductos) para que se mantengan abiertos y evitar su colapso. “El stent tiene un rol fundamental en el infarto agudo del miocardio y se salvan muchas vidas gracias a él”, señaló el experto argentino.
Palmaz contó que la idea le surgió con la motivación de hacer algún aporte a la medicina. “Ese fue el motivo por el que viajé a los Estados Unidos, porque buscaba poder hacer algo nuevo. Y la oportunidad se me ofreció cuando encontré con la nueva tecnología de la época que era la angioplastia por balón. Vi la necesidad de utilizar dispositivos implantables para mejorar los resultados en los pacientes”, dijo.
Tras muchos años de investigación y espera, el proyecto que comenzó en la Universidad de Texas, se materializó y obtuvo la patente en 1988.
“Como todas las ideas nuevas, la dificultad más grande siempre es el rechazo. Cuando uno es joven y no tiene todavía la seguridad para hacer que lo escuchen, entonces toca esperar en fila. Y eso fue lo que me pasó, había muchas buenas ideas en esa época, fines de los 70 y principios de los 80 y cada uno tenía que probarse. Eso son años de espera, pero eventualmente nos dieron la oportunidad”, cuenta el inventor.
Nacido en La Plata, se graduó en 1971 de la Universidad Nacional y dice que es producto 100 % de la educación argentina. “Cuando me fui a Estados
Unidos me sentí muy bien preparado. Me comparaba con la gente que estudiaba conmigo y siempre me sentí mejor educado. En toda mi vida la base de educación que recibí en Argentina fue suficiente, en todo lado del mundo”.
Además, aseguró que ser latino en ese país nunca le representó una dificultad. Por el contrario, dice que siempre encontró apoyo en sus proyectos.
El experto ha sido reconocido en diversas ocasiones. Como en el 2006, cuando fue incluido en el Hall de la Fama de Inventores en Estados Unidos. En ese mismo año, además, se creó el Premio Julio Palmaz para la Innovación en Salud y Biociencia, en su honor.
Reflexiones
Palmaz, como un inventor latino, aconseja constantemente a jóvenes que buscan innovar y en los campos de la salud y la ciencia. Él les sugiere tener paciencia, porque el éxito viene con el tiempo. También les dice que no pierdan la esperanza, porque “lo primero que van a encontrar es explicaciones racionales de por qué lo que ellos proponen no se puede hacer. Lo importante es seguir el instinto y la actitud de perseverancia. Bajar la cabeza y seguir adelante”.Lo otro, menciona, es no tratar de abarcar áreas muy grandes. “Uno tiene que adaptar el objetivo de acuerdo a la capacidad de uno y a las circunstancias. Hay que proponerse ser el número 1 del mundo en esta área, así de chiquitita”.
En cuanto al futuro lejano de la medicina, piensa que es difícil hacerse una idea. “Se empieza uno a hacer preguntas como ¿Van a existir médicos o las computadoras se van a hacer cargo? Vislumbro al médico simplemente como alguien que pueda estar al comando de una súper computadora, no como operador directo”.
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