MATA UNA METAFORA. La Columna de Armando Orozco Tovar
COLUMNISTA INVITADO
ElCIBERECO . Buenaventura Col.
ElCIBERECO . Buenaventura Col.
15 abril 2014
MATA: UNA METÁFORA DE LA REALIDAD
Por Armando Orozco Tovar
Armando Orozco Tovar
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Los que llegamos y superamos el séptimo piso de
edad, recordamos aún cómo era la Bogotá colonial y católica de los años
cuarenta, donde sólo se oía por sus calles el tañir de las campanas de las iglesias,
levantadas por el curato español desde el siglo XVI.
Qué mejor manera de acercarse a aquella época
(si el sueño no nos mata) a esos tiempos antiguos, que encender el televisor
para ver el Doctor Mata.
Hace días comenzó esta nostalgia seriada por TV. La
cual para muchos incluyendo las gentes llegadas a montones al páramo de otros
lugares… o “La nevera” como la llamaban los costeños, y los jóvenes.
Es como con
fidelidad se muestran costumbres y aconteceres de otra parte, seguramente
similares a Madrid en España. Los bogotanos o “cachacos” no se parecían a nadie
en el contexto latinoamericano una urbe rara: Ni La Paz, ni Buenos Aires…Tampoco
se le asemejaban Santiago, Lima, o Caracas.
En realidad se pudo con esta producción recrear el
pasado y paisaje, ocurrido hace setenta años con sus auténticos personajes de
ciudad y campo: mestizaje, vestimentas, trajes, maneras de hablar y decir. La simulada elegancia inglesa
de las clases altas, con sus ademanes hipócritas como una reconocida
característica.
“No se arriendan piezas a personas con hijos o animales. Ni a
costeños o negros.” Rezaban los avisos de las pensiones, lugares únicos para
habitar, puesto que aún no existían como los de ahora apartamentos o casas. Estas sólo eran para familias adineradas.
Bogotá el
poblacho cambiado de pronto por el cruento bogotazo era cuna de intolerancias y
discriminaciones sociales y raciales sin nombre. Una aristocracia con un pueblo
idiotizado por la religión, el hambre y la politiquería, que veía y oía pasar las marchas de los “Camisas
Pardas” de saludo hitleriano.
Y a los poetas fascistas camisas negras,
acometiendo versos y sonetos dedicados al dictador español, que diez años antes
arrasó con la vida y la decencia de un
pueblo.
También en este poblacho grande de medio millón de habitantes hacía un
frío glacial, porque hay que ver las fotos de los tranvías atestados con
hombres de gabardina, y gruesos abrigos de paño inglés y ruanas de lana de
cordero. Pero nadie perecía de calor
dentro del calentamiento global del transporte bogotano.
En dicha producción sale Jorge Eliecer Gaitán y se
muestra la “Marcha del Silencio”, celebrada por él, el 7 de enero del 48. Esta
conglomeración en la Plaza de Bolívar, fue convocada a los tres meses exactos antes
de su asesinato.
El populista habló por último momento frente a una multitud de
cien mil personas. Jorge Eliecer en aquella ocasión dijo: …”Impida, señor (se refería al presidente Ospina Pérez... qué
pereza.) la violencia. Queremos la
defensa de la vida humana que es lo que puede pedir un pueblo. En vez de esta
fuerza ciega desatada, debemos aprovechar la capacidad de trabajo del pueblo
para beneficio del progreso de colombia.”…
Pareciera que recuerde la telenovela situaciones que
todavía ocurren. Es como si este país avanzara hacia ninguna parte, trepadas sus
gentes en una bicicleta estática. En el aparte del discurso gaitanista escogido
está la última perorata reeleccionista. Setenta años después del bogotazo el
candidato presidencial dice lo mismo: … “Cuando llegue la paz debemos
aprovechar la capacidad productiva del colombiano.” Y ni se diga del personaje
que representa en la obra al juez, porque cualquier parecido con el procurador de marras, no es pura coincidencia.
Las damas de sociedad, el monseñor, el cura de pueblo, el notario, el político,
el policía, el detective alcohólico, la campesina avisada, que como fámula de la casa de ricos
es aprovechada por el patrón, (no en este caso) y votada a la calle un día sin
prestaciones de ninguna clase, para terminar de puta en la que después fuera la Calle cartuchera.
¿Será el personaje Doctor Mata de ficción pero
también de la realidad. Un asesino de sus ricas víctimas para robarle sus
propiedades, una metáfora sin duda de la oligarquía terrateniente y financiera
y el curato, los cuales arrebataron violentamente las tierras a los indígenas y
campesinos criollos en siglos. Un robo generador de la perpetua guerra social,
que llega en Colombia hasta nuestros días?
Alegría
de Pío. / Abril 15 del 2014/ 10:00A.M
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