Para Pacifico Siglo XXI
Por René Orozco Echeverry
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Quienes declaren que la ciudad es “El Polo de desarrollo del
Pacifico”, se equivocan
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La Ciudad es evidentemente, un “Centro de Distribución
Regional”, nada más.
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De Cabo Corrientes y a
Cabo Manglares, pertenece a la “Regional
de Cali”.
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Los apelativos equivocados, conllevan a una especie de
confusión “bíblica de lenguas”,
Por el
desconocimiento de las “realidad” urbana de Buenaventura, que no es muy clara
para quien hoy administra la ciudad, porque no la entiende, porque la ignora o
porque la subestiman, no le permite diagnosticar y presentar “Propuestas
audaces o creativas”, mucho menos concretas para plantear soluciones
alternativas al maremágnum de problemas en lo que los que naufraga y se ahoga la
administración pública Distrital, que a la postre revierte en que no nada puede
hacer ni formular, menos visualizarlos, si desconoce cómo denominar la ciudad, si es o
no la “Capital del Pacifico”. Cuando así denomina a la ciudad, se comete un
gravísimo error, imponiendo una terminología absurda y desconocida para quienes
incursionan es temas de Desarrollo
Regional. A la ciudad hay nombrarla como es y por su nombre, y darle la
jerarquía verdadera que le corresponde en la división Territorial de la Nación,
conforme a la categoría a la que pertenece, y no al arbitrio de un “argot”
especulativo con el que se pretende demostrar “falsa” erudición. La ciudad es evidentemente, un “Centro de
Distribución” Regional , y es la calificación, la categoría y posición que
ocupa dentro de su “entorno regional”, sin que esté exenta de quienes obrando
con ligereza, declaren que la ciudad es “El Polo de desarrollo del Pacifico”.
También, se equivocan
Los apelativos equivocados
a como se denomina a la ciudad y muchos otros, a los que no me voy a referir,
conllevan a una especie de confusión “bíblica de lenguas”, que nos aleja de
la realidad, por cuanto distorsionan los “conceptos”, e impide que nos
entendamos entre semejantes. De acuerdo al “Ordenamiento Territorial Nacional,
de Punta Arditas, en límites con República de Panamá y hasta Cabo Corrientes en
el Chocó, esta área geopolítica pertenece y tributa al “Polo Regional” de
Medellín y de Cabo Corrientes en el Chocó y hasta Cabo Manglares en límites con la
República del Ecuador, al “Polo Regional” de Cali.
De no entenderlo, entraríamos
en franca contradicción con una POLITICA DE ESTADO, trazada con el fin de que
muchas ciudades, generalmente las menos
desarrolladas y que carecen de una estructura socio económico consolidada,
recurran a esos “Polos” a suplir muchas de sus necesidades vitales. “Centros”, que
han adquirido un mayor crecimiento urbanístico, paralelo con el desarrollo
socio económico y hegemonía rica en bienes y servicios. A fin de que las pequeñas ciudades, las que
están dentro del expansión ecuménica del “Polo Regional”, descarguen sus
necesidades, dispongan de recursos y
disfruten plenamente de la ayuda que le ofrecen, estos “ Polos”; y debe entenderse
como un privilegio, que la ciudad de Buenaventura, como Tumaco y se encuentre
dentro del área geopolítica de la “Región
de Cali”. E igualmente para Juradó, Bahía Solano, y Pizarro que pertenecen a la
“Región de Medellín”, división , que favorece y facilita la distribución equitativa
de los recursos económicos, de bienes y servicios para que armónicamente sean
distribuidos en beneficio del desarrollo
general de la Región del Pacifico.
Para incursionar en
asuntos urbanos de cualquier ciudad, por minúsculo que parezca, es indispensable
que se disponga de un mínimo de conocimientos, distinto a la capacidad individual, a erudición, nivel intelectual
o profesional. Si dentro de sus inmediatos colaboradores no se dispone de esa cualidad,
o carece de ella el mandatario de turno, cómo se podría saber qué es lo que
realmente sirve, o impedir que “ofertas Urbanas” que no convengan, sean
desechadas. Las inversiones en el Distrito se debe hacer con rigurosa honestidad,
selección y priorizando el “gasto”, y que éste no obedezca al capricho del “burgomaestre”
o se pretenda alagar caprichos ajenos, saciar los propios de su ego, per sé, de dejar una
“Obra” con la que espera pasar a la historia. Los azotes recibidos por el mal
manejo de los recursos públicos, condujo a que el Estado le perdiera la confianza al mandatario Regional con
suficientes razones para que recibir este trato, como innegable, que el alcalde cumpliendo órdenes de su “mentor”, en para beneficio propio
o de terceros, dilapidaron recursos por más de 96 mil millones destinados para la
enseñanza pública de los niños pobres de Buenaventura. Nos queda esperar que el
“novel aprendiz” no se
deje seducir con estas tentaciones.
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