domingo, 26 de mayo de 2013

NOTICIAS DE CALI...

Con la Cumbre Alianza del Pacífico, Cali demostró ser una ciudad de talla mundial

La Cumbre que terminó muestra que Cali está lista para grandes certámenes. Se puede decir con tranquilidad que Cali se lució, que dio una muestra de que aquí sí se pueden hacer congresos de categoría internacional.
Por: Redacción de El PaísDomingo, Mayo 26, 2013
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Más de 50 periodistas que llegaron a Cali a cubrir la VII Cumbre de la Alianza del Pacífico recorrieron la ciudad en chiva, comieron los platos típicos y disfrutaron de un show de bailarines de salsa en el teatro Municipal Enrique Buenaventura.
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Especial
Cubrimiento especial: la cumbre de la Alianza del Pacífico en Cali
El proceso de integración más importante de América Latina tiene como epicentro a la capital vallecaucana. ¿Qué implicaciones tendrá para Colombia y el Valle del Cauca?, ¿Qué está en juego en esta cita histórica?. Toda la información aquí.
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Dato clave

Desarrollo


Si bien la ciudad se destacó en la Cumbre, es necesario que no baje la guardia en inversión en infraestructura hotelera.
En la actualidad, las cadenas hoteleras Marriot y Citi Express están en proceso de instalarse en Cali.
También hay inversión en servicios. Zonamérica, una de las zonas francas más importante de Suramérica se instalará en el sur de la ciudad.
En cuanto a la región, hay interés de firmas internacionales en el proyecto vial Mulaló - Loboguerrero.
Buenaventura también sigue en la mira de inversionistas.


A la par con el desarrollo vial que se ejecuta en Cali, inversionistas privados adelantan proyectos hoteleros.
Elpaís.com.co | Jorge Orozco
El propósito se cumplió. Se puede decir con tranquilidad que Cali se lució, que dio una muestra de que aquí sí se pueden hacer congresos de categoría internacional.
La VII Cumbre de la Alianza de los países del Pacífico que se cumplió entre el 22 y el 23 de mayo y que reunió a ocho Jefes de Estado, cinco delegados de igual número de naciones, 400 empresarios (entre colombianos y extranjeros) y alrededor de 250 periodistas de todo el mundo lo dice todo.
Ni la lluvia que cayó ese 23 le aguó la fiesta a la ciudad. Todos y es así de simple, todos, se fueron satisfechos. Incluso hasta enamorados de Cali. La calidad en la atención y la amabilidad de la gente cautivó a coreanos, canadienses, españoles, paraguayos, argentinos y venezolanos, entre otros.
Los sabores y el ritmo del Pacífico terminaron de cerrar con broche de oro la presencia de los visitantes.
Cali se lució, pero no solo por la calidez de las personas, sino también porque el escenario escogido para el certamen dio la talla. El Club Campestre fue el epicentro de las reuniones de los mandatarios y del encuentro de empresarios. El hotel acogió a dos de los presidentes de la Alianza.
Carlos Enrique Montes, gerente del club, expresó plena satisfacción por el certamen y reiteró que fue un privilegio para la institución y la ciudad.
El Hotel Radisson recibió al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Un piso completo fue para él y su delegación.
Adriana Savino, gerente general del hotel, dijo: “Le cumplimos a nuestros ilustres huéspedes y la ciudad quedó muy bien posicionada ante el mundo”, dijo.
El sabor dulce de la labor cumplida llenó a muchos caleños de entusiasmo y optimismo. Todos tenían una opinión favorable. Alberto Gordillo, taxista, dijo con sus palabras “ojalá que estos convenios se hicieran más a menudo, pues la ciudad se siente diferente y hay trabajo”.
Tiene razón, la Cumbre o mejor, la preparación de la Cumbre, generó empleo a unas 600 personas, más de la mitad en el montaje y adecuación del Club Campestre. Hoteles, restaurantes y centros comerciales también ganaron. Aún no hay cifras económicas, pero Fenalco informó que fue casi una semana (entre el 18 y el 23 de mayo) de gran comercio.

Con sello internacional

Carlos Eduardo Sánchez, directivo de la agencia de exportaciones de México, Proméxico, dijo que la impresión que le dejó Cali es la de una ciudad que está creciendo, que está mejorando su infraestructura y que tiene una nueva vida.
Óscar Cabrera, presidente del Banco Bbva Colombia, afirmó que una ciudad con la capacidad de organizar un evento como la Cumbre, evidencia que están pasando cosas importantes porque es un reto organizar y movilizar tanta gente, en especial cuando hay varios eventos simultáneos.
Carlos Guillermo Cabal, gerente del Hotel Intercontinental de Cali, aseguró que la ciudad respondió y los visitantes estuvieron impresionados de la organización y el manejo logístico. Eso ratifica que Cali es una ciudad de talla mundial.

Empresarios destacan la infraestructura caleña

Se generarán más negocios
“Cali quedó muy bien. Estuvimos reunidos con varios empresarios de Guatemala, entre ellos, Cementos Progreso. Quedaron muy impresionados por la calidad de la gente, además se hicieron unos siete contactos de negocios y la gente ve a Cali como tierra de oportunidades. El Club Campestre y la organización de la Cumbre fue muy buena. Vemos avances en infraestructura y los hoteles se portaron a la altura y demostraron su capacidad hotelera”, dijo Andrés Sinisterra, gerente de Fogel.
“Una ciudad en crecimiento”
“Había estado en Colombia, pero en Bogotá y Cartagena. Esta es la primera vez que vengo a Cali. He quedado maravillado porque encuentro que es una ciudad que está progresando, todo lo que he oído y que nos han presentado nos impresiona, porque es una región que tiene mucho por crecer y que a nivel empresarial se pueden hacer más cosas. Creo que se pueden generar más negocios entre Chile y Colombia y en especial en Cali”, dijo Álvaro Márquez, de la Cámara de la Industria de Chile.
“Cali está para grandes cosas”
“El resultado ha sido extraordinario para Cali y para el país. Me parece que muestra la capacidad que tiene la ciudad de organizar eventos de categoría
y es una excelente abrebocas para lo que viene en adelante como son los Juegos Mundiales. Cali mostró que está para grandes cosas. No tengo la menor duda que todo lo que se viene haciendo posiciona a Cali como centro de inversión y comercio exterior”, aseguró Oscar Iván Zuluaga, gerente de Epsa.
“Cali está para grandes cosas”
“El resultado ha sido extraordinario para Cali y para el país. Me parece que muestra la capacidad que tiene la ciudad de organizar eventos de categoría
y es una excelente abrebocas para lo que viene en adelante como son los Juegos Mundiales. Cali mostró que está para grandes cosas. No tengo la menor duda que todo lo que se viene haciendo posiciona a Cali como centro de inversión y comercio exterior”, aseguró Oscar Iván Zuluaga, gerente de Epsa.
Hay espíritu de optimismo
“ Se avizora que en Cali se pueden hacer eventos de gran relieve mundial. Entendiéndose que en esta capital hay un nuevo amanecer, se siente un espíritu de optimismo y el alma de la Sultana del Valle comienza a vivir sus mejores tiempos, como ocurrió en el pasado. Todos los que estuvieron en la Cumbre tienen una visión clara de nuestra ciudad, lo que sin duda llevará a que se conviertan en embajadores, mostrando nuestras oportunidades”, afirmó el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero.
 
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A Emcali se le evapora más de la mitad del agua que produce

Por fraudes e ilegalidades, la entidad pierde la mitad del agua potable que produce. Nace centro digital hidráulico como respuesta al problema.
 
Por: Unidad Investigativa | El PaísDomingo, Mayo 26, 2013
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Dato clave

Llegan más inversiones


En medio de las dificultades que ha padecido Emcali desde la intervención del Gobierno Nacional, en lo que tiene que ver con la consecución de recursos frescos para invertir en proyectos necesarios para mejorar la prestación de los servicios, especialmente en el área de acueducto y alcantarillado, Luis Carlos Cerón, gerente de dicha área, informó que en 2013 y llegarán $127.503 millones adicionales al presupuesto que aprobó Emcali para el mismo año ($81.769 millones).
“Esos recursos, provenientes del Fondo de Adapatación y el Viceministerio del Agua, se usarán para desarrollar proyectos estratégicos como son el mejoramiento y protección de la estación de bombeo Paso del Comercio ($24.360 millones), la optimización de la laguna del Pondaje ($49.358 millones), el mantenimiento de los canales de las carreras 39, 52 y Periquillo ($10.943 millones), así como del colector San Bosco-Alameda ($7936 millones) y de la red hidráulica de las Comunas 1 y 20 ($4424 millones)”, precisó.
Del total esperado ya se encuentran en ejecución $23.304 millones y se espera que en los próximos meses culminen procesos de contratación que adelanta Findeter directamente desde Bogotá, por los $104.199 millones restantes.
Entre las zonas más beneficiadas estarán el jarillón del río Cauca y el oriente de Cali.


Conexiones fraudulentas como las de la gráfica son el pan de cada día en la ciudad.
Foto: Especial para Elpaís.com.co
Llámese fraude, irregularidad, desperdicio u ordeño al desangre en el servicio de suministro de agua potable que padecen las Empresas Municipales de Cali, Emcali, todas estas modalidades tienen en común las pérdidas que le causan a la entidad, debido a que llevan a que se evapore más de la mitad del líquido que los acueductos de la ciudad producen.
En otras palabras, más de la mitad de los 21.719.327 metros cúbicos de agua que el año pasado produjo Emcali se perdieron, porque su valor nunca pudo ser facturado.
Significó que un 51,6 % del agua que al mes procesa Emcali se queda en los tanques de usuarios indolentes y de ahí va a dar a sus bolsillos, ya que convierten el usufructo del líquido en una fuente de ingreso, pero por la vía fácil, subrepticia e incluso mediante la comisión de delitos.
El País conoció un informe en el que se evidencia la descomunal cifra de pérdidas que arrojan los clientes o usuarios que le ‘hacen conejo’ a la facturación.
En el reporte se observa que de enero de 2012 a febrero de 2013, “se efectuaron 12.463 cortes de fraudes, que según cifras extraídas del sistema comercial ascendieron a la suma de $759.560.632 por volúmenes dejados de facturar”.
Empero, no hay una fórmula con la que se pueda calcular el valor de las pérdidas para Emcali. Un estimativo aproximado da cuenta de que por cada metro cúbico que se pierde en el consumo residencial son $423 que no le ingresan a la empresa, mientras que en el comercial significa $1324 por igual cantidad.
Son muchas las formas como Emcali pierde el agua que produce, es decir, no la factura. Están las pérdidas técnicas, las que se dan antes de que el líquido llegue a los medidores de los clientes. Estas se conocen como fugas, que pueden ser las que corresponden a los daños visibles, las no perceptibles y las de fondo.
Otras son las pérdidas comerciales, el menor volumen registrado por error al contabilizar y está asociado a los medidores. Se palpan en los fraudes, las acometidas clandestinas, los aforos por debajo del valor consumido, la manipulación de datos, entre otros.
Las pérdidas más graves se dan a través de acometidas clandestinas, escondidas tras conexiones normales que permiten al usuario pagar una cantidad reducida, pero su consumo es casi ilimitado.
Y una de las más sensibles es la pérdida producida por los Asentamientos Humanos de Desarrollo Incompleto, AHDI, o invasiones. Mientras a inicios de este mes un suscriptor normal residencial consumió en promedio 16,7 metros cúbicos al mes, el consumo de los AHDI por vivienda fue de 53,4 metros cúbicos, lo que evidencia la magnitud de la problemática.
Todas estas irregularidades, al igual que las zonas de difícil gestión, “aquellas a las que luego es casi imposible acceder porque el personal es agredido con violencia o asaltado”, tienen a Emcali contra las cuerdas y “conllevan soluciones que escapan al operador”, sostienen directivos de la empresa al referirse a la carencia de seguridad en esos sitios.
Peor aún, según los mismos directivos, “en acueducto no existe un registro que evidencie que se sancionó o vinculó a alguien a una investigación penal”.
Sin embargo, en la Unidad de Patrimonio Local de la Fiscalía figuran 34 casos activos de 183 denunciados ante ese organismo por defraudación de fluidos, como se tipifica este delito, solo que se archivan porque en su mayoría correspondieron a hurtos de medidores.
“Con la denuncia, los dueños de los inmuebles buscan recuperar lo que los inquilinos dejaron de pagar en servicios y como justificación para la reconexión del mismo, pero generalmente se archivan por la atipicidad, es decir, el delito de defraudación de fluidos no se cometió”, reportó un vocero de la Fiscalía.
Pero en el caso del delito de defraudación de fluidos, el funcionario fue más allá y precisó que si se interpusiera la denuncia, por cada caso, “habría posibilidad de establecer al posible responsable, pero no se hace”.
Esta es una situación que puede derivarse de la política de Emcali.
“El tratamiento para los clientes residenciales está orientado al taponamiento de la acometida y la conminación al pago de los volúmenes dejados de facturar y la reconvención en cuanto a las consecuencias que puede acarrear la realización del fraude”, precisó Luis Carlos Cerón, gerente del área de Acueducto.
Sin embargo, son los grandes consumidores, en especial los comerciales, los que han puesto en jaque a la empresa.
Dado que los valores resultantes de sus consumos son ostensiblemente mayores a los residenciales, el tratamiento de los comerciales se enfoca en la identificación de los bajos consumos y las posibles adulteraciones de la medida.
“Se inspeccionan y en el caso de resultar indicios de defraudación, se inicia una actuación de carácter administrativo para proceder al cobro de los volúmenes dejados de facturar durante los últimos cinco meses, que es lo que le permite a Em cali la normatividad vigente”, concluyó el ingeniero Cerón.

Centro de Control contra las pérdidas

Una moderna herramienta para apoyar la gestión con que Emcali busca la reducción de las pérdidas de agua fue desarrollada por el área de Acueducto y Alcantarillado en el nororiente de Cali y se pondrá al servicio mañana.
Se trata del Centro de Control Hidráulico Digital ubicado en el barrio La Base, desde donde se realiza el monitoreo y vigilancia de los 2880 kilómetros de redes hidráulicas de Emcali.
“La cifra de pérdidas que se considera normal está en el orden del 30 %, Bogotá y Medellín están en alrededor de 38 % de pérdidas, más o menos normal en el país. Pero Cali ya sobrepasó el 50 %. Es por eso que apremiaba el Centro de Control, una necesidad planteada desde hace tres décadas”, advirtió el ingeniero Eduardo Arbeláez, jefe de Planeación del Acueducto.
Precisó que la información que el Centro de Control capture podrá ser observada en los monitores en tiempo real. “Puede manejar el comportamiento de todos los circuitos y calcular el balance hídrico”.
La implementación del Centro de Control comprende tres fases, la primera de ellas ya culminó, es decir, la que permite monitorear las variables hidráulicas en todas las unidades operacionales.
“Una vez se complete el proceso de sectorización hidráulica que se está implementando en la ciudad, permitirá medir cuánto le está entrando a cada sector, versus lo que se está facturando. Esto ayudará a hacer diversos análisis de consumos nocturnos, bajar las presiones, hacer campañas de rastreo de fugas no visibles -que no afloran a la superficie- para citar solo algunos beneficios”, precisó el ingeniero José Luis Lugo, líder del Centro de Control.
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Super normal en Chibchombia, donde perro come perro y por un peso te matan, los colombiches son los campeones mundiales de los torcidos,la indolencia,irresponsabilidad,insensatez y mentiras, sigan jodidos losers, ja ja ja


Preguntele a sus empleados de Acuavalle que son los que han colocado los contrabandos en las fincas- centros comerciales. en condominios. centros recreacionales y cobran por esto millones de pesos.


Conozca por qué Cali se ha convertido en la ciudad de las invasiones

La Secretaría de Vivienda calcula que en la ciudad hay 92 invasiones en las que viven 19.401 familias, aunque advierte que la cifra real es mucho mayor. Jarillón del río Cauca sigue habitado. Persiste el tráfico de lotes.
Por: Redacción de El PaísDomingo, Mayo 26, 2013

Dato clave

Tenga en cuenta...


El grueso de las invasiones en la ciudad tiene un consumo promedio de 64 metros cúbicos de agua por mes en cada predio, mientras que el promedio en el resto de la ciudad los consumos son de 18 metros cúbicos mes por predio.

Foto: Ernesto Guzmán Jr. | El País
Cali es una ciudad de invasiones. Los datos de la Secretaría de Vivienda indican que en total, son 92. En total, en esas 92, viven  19.401 familias. Algo así como 100 mil personas. Algo así como otra ciudad entera. Una ciudad que en realidad tiene mucha más gente. La Secretaría de Vivienda hace una advertencia: las cifras más recientes sobre invasiones están actualizadas hasta 2010. ¿Cuánta gente ha invadido en los últimos tres años? ¿Cuánta gente ha llegado? Aquello nadie lo sabe.
Pocas comunas, en todo caso, están exentas del asunto. El mapa de los asentamientos humanos de desarrollo incompleto – así le llaman los arquitectos a las invasiones – es un mapa de puntos rojos por todos lados. Los hay en las comunas 1, 2, 4, 6, 7, 13, 14, 15, 16, 18, 20 y  21 y más allá de esos contornos. En la zona rural se han detectado seis asentamientos ilegales.
La comuna 13, Distrito de Aguablanca, es la más invadida. Solo ahí se cuentan 26 invasiones. Solo ahí, hasta 2010, habían 3.056 familias. Justamente ahí es tanta la gente que ha llegado que se está formando la invasión más grande de Colombia: La Florida. (Lea la historia mañana).
El humor sigue siendo el remedio infalible para soportar la vida, lo que nos pasa. Los nombres de los asentamientos son una burla a la realidad. Está ese nombre bello, La Florida, que suena a playa pero que en estos días de lluvias es barro, mucho barro. En la Comuna 15, donde hay diez invasiones, está el asentamiento Las Gorditas. En las invasiones, los gorditos son escasos. En la misma Comuna 15 hay otros asentamientos de nombres pomposos, literarios: Brisas del Bosque; Brisas del Caracol; África; El Encanto.
Pero de encanto, no hay nada. Atrás de todo está esa historia mil veces contada: desde los años 50, por la violencia, desde los 70 con el auge económico que vivió Cali tras los Juegos Panamericanos y su desarrollo industrial, desde entonces y hasta hoy, han llegado millones de personas convencidas de que esta es la sucursal del cielo, el paraíso de las oportunidades, del trabajo. Y  no.
Cali, más bien,  es la ciudad que más población desplazada recibe, en el país con mayor número de desplazados del mundo según el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno: entre 4.9 y 5.9 millones de personas.
Entonces la mayoría de los invasores son ellos, las víctimas de la guerra que se libra en el Cauca con las Farc o en el Pacífico con sus tantos grupos armados ilegales.
Y unos y otros, las víctimas, llegan a Cali a intentar seguir su vida, simular las condiciones en las que estaban como una manera de evitar que la guerra les arrebate de tajo lo que son. Los desplazados del Cauca, entonces, levantan sus ranchos en las zonas de ladera, al fin y al cabo vienen de un departamento montañoso. Los del Pacífico, costeros, prefieren los terrenos planos, las cercanías a los ríos. El dato es del arquitecto Carlos
Humberto Marín, de la Secretaría de Vivienda.
Y entre los invasores hay víctimas, sí, campesinos que huyen de la violencia, gente que sueña con encontrar un trabajo, pero también hay algunos que aprovechan para hacer negocio.
Rodrigo Zamorano, coordinador del Consejo de Gestión de Riesgos de Desastres, denuncia una lógica perversa: hay quienes invaden las zonas de más alto riesgo de Cali como el jarillón del río Cauca o las laderas no tanto por necesidad sino suponiendo, erróneamente, que eso los va a privilegiar cuando el gobierno elija a los beneficiarios de las viviendas gratis. Invadir zonas muy peligrosas, mirarle la cara a la muerte en una inundación, en un deslizamiento de tierra, poner en riesgo a la ciudad, piensan algunos, es comprar una boleta VIP para tener techo, asegurar privilegios sobre los otros.
Y además aún persiste la venta y el alquiler de lotes en las invasiones, gente que trafica con tierra que no es suya, otra historia mil veces contada.
En Cinta Larga, un tramo del jarillón del río Cauca ubicado justo atrás del barrio Petecuy, algunos de los que fueron reubicados en Potrero Grande - y viven ahí - aún tienen en arriendo los lotes de Cinta Larga. Lo denunció un líder de Petecuy que pidió no ser identificado.
Por rancho, al mes, los traficadores de tierra ajena reciben $100.000. Pero el negocio es el volumen. El líder de Petecuy conoce gente que tiene hasta 15 ranchos alquilados, es decir que reciben $1.500.000 cada 30 días, libres de impuestos, servicios públicos.
Justamente, por las invasiones, Emcali registra pérdidas cercanas al 50%. Es decir: la empresa produce 20 millones de metros cúbicos de agua al mes, pero los equipos de medición reportan apenas 10.5 millones de metros cúbicos consumidos por los usuarios. En energía la pérdida oscila entre tres y cuatro millones de kilovatios, $600 millones de pesos mensuales.
El Secretario de Gobierno, Carlos José Holguín, asegura sin embargo que desconoce la problemática del negocio de las tierras de invasión, de los traficadores de lotes ajenos. Esa historia que se ha contado mil veces no la ha escuchado. A su despacho, dice, no han llegado denuncias.
Y sobre el problema de las invasiones, un asunto que se le salió a Cali de las manos, Holguín dice que su secretaría se ha dedicado a evitar que surjan nuevos asentamientos. Los otros, los que históricamente han estado en Cali, “es un proceso de la Secretaría de Vivienda”.
Y ahí, en Vivienda, tanto el arquitecto Carlos Humberto Marín como el ingeniero civil Luis Fernando Gómez coinciden en que el de las invasiones es un tema de ciudad, no exclusivo de una dependencia. Ha faltado una política pública, interés político, dice Marín, para tratar el asunto.
Porque la ciudad sigue en riesgo. No solo socialmente. No solo porque la mayoría de las familias que están en zonas de invasión no tienen trabajo para subsistir. También porque hay asentamientos que están debilitando obras vitales para la seguridad de Cali en cuanto a inundaciones como el jarillón del río Cauca y las lagunas Pondaje y Charco Azul, que regulan los niveles de las aguas en días de lluvia.
Alrededor de esas obras hay 24 asentamientos ilegales, 12 a lo largo de los 17.5 kilómetros del jarillón y los otros 12 alrededor de las lagunas. A esas lagunas les han quitado espacio. Donde antes era agua rellenaron con escombros, construyeron ranchos, y los que ahí viven (invasiones como Playa Baja, Nueva Ilusión) es como si durmieran sobre un terreno que tiene la estabilidad de una gelatina. Están en riesgo.
Y un diagnóstico del jarillón elaborado a finales de 2012 por la Corporación Osso y la firma holandesa Royal Haskoning DHV hizo varias advertencias: el dique no ofrece la protección necesaria cuando los niveles del río Cauca se acercan al nivel de la corona del mismo. Entonces, esa corona debe elevarse. El dique registra modificaciones hechas por el hombre que lo debilitan: se identificaron 12 cruces de tubos; 12 escombreras; 118 rampas; 10 puentes artesanales. Con el jarillón, entonces, se hace lo que se quiera, no hay quién controle.
Fabio Vélez es director del componente social del Pjaoc, el proyecto con el que se pretende recuperar, en los próximos tres años, los diques y las lagunas Charco Azul y el Pondaje.
Fabio cree que históricamente, tanto los políticos que han gobernado a la ciudad, como los mismos ciudadanos, desconocen la importancia del jarillón y las lagunas, luego se descuidan. Pensamos que son terrenos tan lejanos de todos, tan al oriente, tan de otros, que no nos importan. Una de las tareas del Pjaoc, una de las tareas de Vélez, precisamente, es educar a Cali, hacerla entender que se trata de obras vitales.
Si el jarillón cediera, por ejemplo, se inundarían 79 barrios de diez comunas, 174.000 viviendas, siete estaciones de policía, 500 centros educativos.
También quedarían inservibles las plantas de potabilización de aguas con lo que dos millones de personas se quedarían sin el servicio. Las pérdidas económicas, además, se calculan en 7,3 billones de pesos y evacuar toda el agua que entraría a la ciudad tardaría cinco meses. Si el jarillón se rompiera, entonces, Cali padecería la tragedia más grande de su historia.
Fabio Vélez insiste, entonces, en esa palabra: vitales. El jarillón, las lagunas, son vitales. Que estén invadidas, que la ciudad esté invadida, es, entonces, un asunto de ciudad, no un asunto exclusivo de una secretaría.

¿Qué es el Pjaoc?

El ‘Plan Jarillón de Aguablanca y Obras Complementarias', Pjaoc, es la estrategia del gobierno nacional y municipal con la que se pretende recuperar el Jarillón del Río Cauca y las lagunas El Pondaje y Charco Azul, fundamentales para evitar inundaciones en la ciudad, disminuir el riesgo de desbordamiento del río. El proyecto es coordinado en conjunto con el Fondo de Adaptación de la Presidencia de la República.
Entre las acciones trazadas por el proyecto, está reasentar las ocho mil familias que aproximadamente viven tanto a lo largo del jarillón del río Cauca, (17.5 kilómetros) y alrededor de las lagunas Pondaje y Charco Azul, cuya función es regular los niveles de las aguas en días de lluvia. “Las lagunas almacenan el agua lluvia, para darle tiempo al sistema de bombeo de evacuar y que no se presenten inundaciones al sur oriente de la ciudad. Por eso son obras tan vitales para Cali”, explica Fabio Vélez, director del componente social del Pjaoc.
El proyecto, también, aportará recursos ($823.000 millones exactamente) para desarrollar las obras de intervención del jarillón río Cauca, trabajos que cuestan aproximadamente 1.3 billones de pesos. El Pjaoc está presupuestado para desarrollarse durante tres años, es decir, hasta 2016.
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bueno pero no hay nada de que preocuparnos ya le ganamos a paises como somalia mali haiti niger togo etc somos los primeros nada que envidiarle al africa que verguenza asi otros 100 años mas primero se acaba el mundo antes de que cali cambie , un pais no cambia cuando le dicen que cambie si no cuando quiere cambiar , parece ser que no queremos cambiar y ver la pobreza se hizo constumbre.mucho que criticaron a los periodistas españoles cuando fueron a grabar la miseria en que viviamos y nos mostraron la verdad .
La propia mentalidad chibchombiana de hacer torcidos,abusar, ganar a la fuerza y ser irresponsables e indolentes, ja ja ja losers
Problema de nunca acabar en un país como el nuestro........Que lastima por Cali, tan duramente golpeada por este terrible fenomeno de los desplazados y sin un gobierno local de verdad que organize y controle está situación :( Ahí si ni que esperanzas de cultura ciudadana, ni nada solo violencia y subdesarrollo...... Tierra de nadie se han convertido nuestros cerros y riveras de los rios.