lunes, 19 de agosto de 2013

La casa de Carrasquilla se abrirá en el 2014 y la de Zea caerá pronto . El colombiano

                        
    La casa de Carrasquilla se abrirá en el 2014 y la de Zea caerá pronto
    Hay $1.171 millones para la restauración de la casa de Tomás Carrasquilla, en Santo Domingo. La de José Félix de Restrepo, en Sabaneta, está en buen estado, pero pocos la ven.
 
Por JOHN SALDARRIAGA | Publicado el 19 de agosto de 2013

 
 
Hablemos de casas de personajes ilustres: la de Tomás Carrasquilla parece que al fin la van a
terminar de restaurar; la de José Félix de Restrepo, quien fuera tan importante en la Independencia y redactor de la Ley de Manumisión de los Esclavos, está bien tenida, aunque como es propiedad de una comunidad religiosa, no la ve casi nadie; la vivienda en que murió Efe Gómez es un restaurante, y las de Francisco Antonio Zea y María Cano, La Flor del Trabajo, compiten a ver cuál se cae primero.

Empecemos por la de Santo Domingo. El pasado jueves 8 de agosto, la Dirección de Patrimonio del Departamento firmó un acuerdo con la Fundación Ferrocarril de Antioquia por $281 millones para la tercera etapa de trabajos de restauración. Harán el techo.

Luis Guillermo López, antropólogo de la Dirección de Patrimonio, indicó que los trabajos comenzarán antes de terminarse agosto. También, que los involucrados en este acuerdo están seguros de que la restauración completa de la casa del autor de Grandeza, será en septiembre de 2014, lo mismo que la inauguración de la casa museo que funcionará allí, para que coincida con el bicentenario de la vida municipal de Santo Domingo.

La vivienda de Carrasquilla está situada en una de las esquinas del parque central de esa localidad del Nordeste: el cruce de Bolívar con Girardot.

Las paredes de la fachada están peladas, con la tierra pisada como de un café terracota a la vista, y una malla recubriéndolas; sin el tejado, que desmontaron desde 2008, y protegida con una cubierta levantada muy por encima de la altura de las tapias, para evitar que el agua dañe la estructura.

Los habitantes de ese municipio esperan su restauración desde 2008, cuando celebraron 150 años del nacimiento de su personaje más ilustre, sucedido el 17 de enero de 1858.

Van cinco años
El proceso comenzó, pues, hace cinco años con la compra del inmueble, por 65 millones de pesos. Fueron dineros de la Gobernación de Antioquia, que de esta forma se vinculaba con los actos festivos.

Después, empezaron los trabajos de restauración por parte de la Fundación Ferrocarril de Antioquia, con 150 millones de pesos que envió la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, y 50 millones más que aportó la misma entidad restauradora, en forma de trabajo.

Arreglaron lo que se iba a caer; el sótano, que tenía humedades; reconstruyeron el muro posterior de la cocina, que se cayó por el invierno; descubrieron el empañete de las paredes, y desentejaron y desmontaron el techo.

Así, en 2009, los dominicanos dejaron de ver la casa blanca y de ventanas y puertas de color café oscuro y de tejas de barro cuyos aleros volaban sobre las aceras, para convivir con esa otra, que muestra su obra negra, cuya descripción ya se hizo.

Pero como nos dijo Álvaro Sierra, director de la Fundación Ferrocarril de Antioquia, en septiembre de hace un año "es más costoso restaurar que construir". Por eso, se acabó la plata y las obras durmieron un sueño que más bien parecía la muerte.

Hasta septiembre de 2012, cuando el alcalde, Fabio Ignacio Mira Valencia, nos contó, en el balcón de la Alcaldía del municipio de "las tres efes", como decía Carrasquilla, que el senador Mauricio Lizcano había conseguido, con el Departamento de Prosperidad Social —antes Acción Social—, 600 millones de pesos para continuar unas obras que se calculaban entonces en 1.200 millones de pesos.

"Finalmente, lo que nos consiguió el senador Lizcano fueron 890 millones de pesos —cuenta el Alcalde—. Los cuales se suman a esos 281 millones de pesos que entregará la Dirección de Patrimonio del Departamento, provenientes del impuesto a la telefonía celular. Por eso, estoy convencido de que en septiembre de 2014 tendremos dos fiestas: el bicentenario del municipio Cuna del Costumbrismo y la inauguración de la casa Museo Tomás Carrasquilla. Ya invité al presidente Santos para esas celebraciones".

La casa de La Doctora
La casa de José Félix de Restrepo Vélez está situada en el sector de La Doctora, en Sabaneta. Fue la que le dio el nombre al lugar, así como a la quebrada que lo riega.

José Félix nació el 20 de noviembre de 1760. "Nació en peligro de muerte, por parto difícil o prematuro —explica Fernando González, el escritor envigadeño—, lo bautizó don José Echeverría que se hallaba allí y a los ocho días cuando cesó la creciente del Aburrá lo llevaron a Medellín a la Villa (...) lo llevaron el 28 a eso del óleo y crisma y la inscripción, porque noviembre es el mes de puro invierno en el Valle de Aburrá y el río crece (...) el camino no era esta carretera de hoy, sino un sendero pantanoso y pedregoso que pasaba precisamente por esta mi Villa "Otraparte" y cogía para (el) Noroeste, pasaba el río, que no tenía puentes, y llegaba a la Villa de la Candelaria por lo que hoy llaman San Benito".

De este acontecimiento, que haya sido bautizado en la Villa de La Candelaria, se basan algunas personas para indicar que ese hombre, uno de los pilares de la naciente República, no nació en Sabaneta, entonces corregimiento de Envigado, sino en la capital antioqueña. Tal vez no recuerdan que en 1760 Envigado no tenía parroquia.

En la biografía del ilustre personaje, escrita por Mariano Ospina Rodríguez en 1883, este señala:

"A mediados del siglo XVII vino a Antioquía (...) el alférez Alfonso López De Restrepo, quien se estableció en la rica vega de La Sabaneta. Todavía se ve allí una casa antigua, ancha y baja, asaz maltratada, que se ha llamado ‘La casa del Cura’ porque pertenecía al principio de este siglo al Dr. D. Cristóbal de Restrepo, el mayor de los hijos de D. Vicente, y primer Cura de Envigado: esta fue la posesión solariega de los Restrepos. La casa fue edificada probablemente por el montañés D. Alonso, quien trajo al Nuevo Reino de Granada el apellido de Restrepo...".

Esa casa, declarada Monumento Nacional por decreto 286 del 24 de febrero de 1975, firmado por el presidente Alfonso López Michelsen, es propiedad de las Siervas del Santísimo y de la Caridad. Es una casa situada en medio de una manga cercada. Hay dos ceibas en el terreno frontal. En una de ellas se formó hace más de diez años una figura parecida a la del rostro de Jesucristo, a la cual se atribuyeron milagros. En el tallo, una placa en la que dos personas agradecen un favor recibido, y un cuadro colgado en la fachada de la vivienda, recuerdan ese episodio.

De paredes blancas de tapias gruesas; piso de tabletas de arcilla, comunes en las casas de las familias pudientes en la época de José Félix; techo alto de tejas de barro a varias aguas, y una chimenea que sobresale en el tejado, la edificación tiene capilla, sacristía, comedor, biblioteca, sala y patio central con fuente.

Ha sufrido modificaciones: las más notables, varios pasamanos y algunas columnas y escalas de ladrillo.

Esta construcción la disfrutan cinco aspirantes a religiosas, adolescentes procedentes de distintos sitios de la geografía nacional. Ellas, más la madre Jaidith, las hermanas profesoras y algunas monjas más son quienes viven en esa finca, ubicada en la vereda Caballo Blanco, de La Doctora.

Reciben clases en la biblioteca, asisten diariamente a la Eucaristía en esa capilla.

Hay una vivienda más pequeña en la parte trasera de la casa principal. También es antigua. Otra, al lado de esta, es una construcción moderna, en material, que no hace parte del Monumento: se llama Clausura porque es el sitio donde duermen las monjas y las aspirantes.

La casa de José Félix de Restrepo está en buen estado.

La de Zea dejará de ser
La casa de Francisco Antonio Zea es devorada cada día por dentelladas del tiempo. Algunas de sus ventanas están tapadas, con muros de cemento, como ojos de pirata. En las paredes despintadas de sus fachadas, grafitis convocan a la «revolución»; otros, al «rap». Hay algunos más que representan animales, animales más bien diabólicos...

Sus aceras son lechos de indigentes, sillas de mendigos.

Está situada en el agitado cruce de Boyacá con Tenerife y a una cuadra de la Plaza de Zea, la que lo recuerda con suciedad. Una placa, fijada en la fachada hace casi 100 años por la Sociedad de Mejoras Públicas, dice:

"Francisco Antonio Zea/ prócer de la Independencia/ nació en esta casa/ en noviembre de 1766".

Esa placa no alcanza a decirlo todo, porque, claro, es una placa y no un libro, pero está ahí clavada porque ese hombre tuvo importancia durante la Independencia de Colombia y en los primeros años de la República: él fue presidente del Congreso de Angostura, en el cual se proclamó La Gran Colombia, y Vicepresidente de la República cuando Simón Bolívar era el Presidente.

Participó en la Expedición Botánica, al lado de José Celestino Mutis... También ejerció el periodismo en El Correo del Orinoco y dejó algunos libros: uno sobre la quina; otro, una geografía e inventario de Colombia y hasta más.

Por qué no arreglarán la casa de Zea, clama en su blog Víctor Bustamante.

Uno podría preguntarse: ¿será acaso que le cobran entuertos, fraudes y dolos que le achacan?...

Dicen las malas lenguas de la historia, que Francisco Antonio Zea protagonizó el primer acto de corrupción de la República de Colombia. En país de ratas, este parece ser el papá ratón. Cuentan que, tras las guerras de Independencia, por ser conocido en el Viejo Mundo, lo nombraron embajador en Europa y le encomendaron la misión de visitar distintos gobiernos para conseguir plata, un empréstito para pagar deudas de guerra y para desarrollar la agricultura y las obras públicas en una nación que estaba por hacer. Aseguran que fue manirroto y se dio buena vida en ese continente con recursos del Estado.

Dicen que Simón Bolívar dijo de él que era la mayor calamidad de la patria. En 1821 fueron revocados sus poderes. Murió en Nath, Reino Unido, en 1822.

Acaso sea que el inconsciente —o el consciente— colectivo le cobre tan dudosa fama y ni siquiera su casa queramos restaurarla. Vaya uno a saber.

LA MICROHISTORIA

LAS DE EFE GÓMEZ Y MARÍA CANO

Efe Gómez, autor de Guayabo negro, tuvo plata y hasta finca en El Picacho. Pero, dice su hija Isabel en video de Víctor Bustamante en su blog, en la serie Medellín: deterioro y abandono del patrimonio histórico, la despilfarró. Víctor muestra la casa en que vivió pocos años y murió. Está en la carrera 42 N° 50-69. Es un restaurante.

La de María Cano está en la carrera 41 N° 44-44. La fachada es de un amarillo claro y zócalo café. Una placa recuerda sus hazañas: luchadora por intereses de los trabajadores y fundadora del Partido Socialista Revolucionario.

PARÉNTESIS

SOFÍA OSPINA CONSIGUIÓ LA CASA DE EFE

De la casa de Francisco Antonio Zea se robaron una placa de mármol, en la que el Concejo de Medellín de alguna época destacó a su antiguo propietario.

La casa de morir de Efe Gómez, se la dieron a la familia "por iniciativa de Sofía Ospina, porque habíamos quedado pobres. Mi padre ganó plata en montones, pero fue despilfarrada en la vida bohemia", contó su hija a Víctor Bustamante. En la casa, situada en Córdoba, entre La Playa y Colombia, al autor de Guayabo negro lo veló su viuda, Inés Agudelo, en compañía de sus hijos (1938).

EN DEFINITIVA

No todas las casas de personas ilustres son patrimonio ni bien de interés cultural. Por eso, entidades oficiales no intervienen ni invierten en esas. La memoria popular las convierte en referentes

René Orozco Echeverry/Editor/Redactor/elciberecovirtual.blogspot.com