sábado, 17 de agosto de 2013

Un salto de Caterine la hizo de oro

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Un salto de Caterine la hizo de oro

Cambiar el alto por el triple hizo a esta estudiante de 3,73 de promedio la primera medallista de Colombia.

Por SANTIAGO HERNÁNDEZ HENAO | Publicado el 17 de agosto de 2013
                   
El gran salto de Caterine Ibargüen Mena no fue en Moscú. Si se hubiera quedado en Medellín, compitiendo en el salto alto, no tendría la medalla. Por eso, el cambio de la antioqueña la llevó a lo más alto del atletismo.

La historia de Caterine comenzó en los barrizales de Apartadó, donde saltaba. Wílder Zapata la encontró en un salón de clases del colegio San Francisco. "Fue en un chequeo en 1997, cuando apenas tenía 12 años, y ahí nos dimos cuenta de su velocidad. Luego, en el estadio, ya miramos que tenía aptitudes para el salto", recuerda su primer entrenador. De Apartadó no se fue ni desplazada por la violencia ni por la pobreza. Su talento era necesitado en Medellín, y su madre, Francisca Mena, se rompió las manos para sacarla adelante a ella y a su hermano Luis.

Saltando de espaldas se hizo famosa. Llegó a un par de Mundiales de menores en Polonia en alto, a uno juvenil en Jamaica en triple ("nos aburrimos porque no se metió a la final", recuerda Zapata), a dos de mayores (2005 y 2009), y hasta a los Juegos Olímpicos de 2004. Allí quedó de 30 entre 34 competidoras. Tenía apenas 20 años, y aunque pintaba como figura, no volvió a ver los aros olímpicos en alto.

Durante toda una década, nadie la pudo vencer en el salto alto. Es más, su intento de 1,93 en Cali en 2005 fue récord suramericano. En Colombia aún ostenta las marcas de alto, largo y triple. En total tiene nueve marcas, pero sin dar el brinco esperado a las medallas de gran peso, las Mundiales y de Jugos Olímpicos.

"En Medellín estábamos contentos con que fuera campeona suramericana, con que ganara las tres medallas de los tres saltos en los Juegos Nacionales, pero nunca nos preocupamos con que diera el gran paso. Solo Regla Sandrino, quien le enseñó cómo debía ser una atleta de alta competencia", sostiene el entrenador Hernán Atehortúa, uno de los más críticos con el proceso que llevó en Colombia.

Por esos años apareció Ubaldo Duanny, un exatleta cubano que por años entrenó a los deportistas en el Valle del Cauca, y que tras irse a trabajar a Puerto Rico, comenzó el proceso de convencimiento hacia la saltadora antioqueña. "Quiero a mi país, ¿cómo me voy a ir a Puerto Rico?", decía la atleta que pasaba sus días en la Villa Deportiva, entre otros 50 atletas de Urabá.

Algunos dirigentes estaban en contra de esta propuesta pues supuestamente en la isla "se perdían los deportistas", como dice Atehortúa. Ella, con contados pesos en el bolsillo que recibía por sus apoyos en Antioquia (cerca de millón y medio), se fue para el Caribe. No haber clasificado a los Juegos de Pekín fue la puntada que decidió su viaje. En Colombia, los medios ya le decían que estaba "de salida".

En Puerto Rico
Hace cinco años, Ubaldo por fin pudo convencerla de irse para la Universidad Metropolitana de Puerto Rico (Umet).

Allí comenzó el pregrado de Enfermería, del cual se graduó en mayo de este año. "Tuvo un promedio final de 3,73, que para una atleta de alto rendimiento, y para un programa tan exigente como el suyo, es bastante alto", explica Ariel Ortiz, jefe de deportes de la Umet, y uno de los hombres que ha llevado durante los últimos cinco años su carrera en la isla.

Con el entrenamiento de Ubaldo, Caterine bajó más de seis kilos en su peso, cambió sus hábitos de vida y entrenamiento, y así pasó su especialidad del salto alto al triple. Aunque sigue haciendo las tres disciplinas (clasificó a los Juegos de Londres en el largo), se enfocó en el triple.

"Se encontró con un entrenador que supo cómo llevarla a las mejores del mundo. Ella confía mucho en Duanny, lo conoce y él la supo llevar. Un proceso rápido de solo tres años, con una atleta ya madura. Es algo que no se ve mucho", explica desde Moscú el presidente de la Federación Colombiana de Atletismo, Ramiro Varela Marmolejo.

Con Duanny empezó a trabajar duro, y en 2010 hicieron el cambio definitivo. "Ubaldo ha creado una fortaleza mental, es la clave de estos resultados", explica la antioqueña, quien en menos de un año subió un metro sus marcas.

En Puerto Rico fortaleció su vida. Tiene a su novio Alexánder Ramos, un corredor de los 110 metros con vallas que conoció porque compartían entrenador. También hizo a sus amigas, como la velocista antioqueña Eliecith Palacios, con quien compartió universidad y Selección. En la Umet es una figura pública.

"Llevo 32 años en la universidad, y digo es la mejor atleta que ha pasado por esta Universidad. No solo cumplió con ser una gran deportista, sino una excelente estudiante y persona", anota Ortiz, tan emocionado por el oro como cualquier colombiano.

Hoy, Caterine no se va de Puerto Rico. Con el grado en sus manos, y acompañada de su novio, seguirá afincada en San Juan. "Comenzará su maestría en Educación, tan pronto sus compromisos deportivos la dejen. Ella está contenta con nosotros, y nosotros más que felices con ella", sostiene Ortiz.

Ella se siente antioqueña, colombiana, apartadoseña. Ama a Colombia, lo dice y lo remarca en sus respuestas. Pero su salto en el triple lo dio en Puerto Rico. Ella, con su viaje, su estudio, su entrenamiento, su novio y sus amigos, le dio el cambio en su vida. El salto más importante no lo dio en Moscú.

RADIOGRAFÍA

EN COLOMBIA SON POCAS LAS SALTADORAS EN PROYECCIÓN

En Colombia: la modalidad de triple es una de las más nuevas. Solo está en el Mundial desde 1993, y Caterine Ibargüen fue la primera criolla en un Mundial. En los 90, Milly Figueroa (Antioquia) y la chocoana Clara Inés Córdoba era las que dominaban. Caterine llegó en los 2000.

En mayores: en el último Nacional de mayores, en el salto triple solo se presentaron seis atletas, de las cuales dos viven en Puerto Rico (Yorsiris Urrutia y Johana Triviño), mientras que las otras no pasan de los 23 años. Giselly Landázury fue la ganadora y estuvo en el Suramericano.

En la base: hoy, Antioquia tiene entre ocho y diez atletas compitiendo en el salto triple, entre las categorías menores, juvenil y sub-23. Nahyilla Rentería es la actual subcampeona nacional de menores. Valeria Araújo, del Valle, es la fuerte. No obstante, este año no hubo triple en el Nacional juvenil por falta de departamentos participantes.

POLÉMICA

EL ESTADIO DE ATLETISMO DE APARTADÓ ES UN SUEÑO QUE AÚN ESTÁ EN VEREMOS

Tras la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres el año anterior, Apartadó reclamó la construcción de una pista de atletismo para replicar los éxitos de Caterine Ibargüen entre los niños del municipio, que son más de 40 mil. Hasta hoy, el estadio sigue igual, y lo que se gestiona es la construcción de una cancha de rugby, gracias a aportes de un programa de la Cancillería colombiana. Según el alcalde del municipio, Luis Gonzalo Giraldo Aguirre, "el proyecto sigue en pie. Está en estos momentos en Coldeportes, pues necesitamos de más dinero para su construcción. Hasta el momento hay gestión sobre seis mil millones de pesos, pero no son suficientes". El total de la obra serían $18 mil millones. La idea es hacer el parque de atletismo en el barrio Obrero, entre los colegios más populares de Apartadó (San Francisco y San Pedro Claver) y a una cuadra de la casa de doña Ayola Rivas, la abuela de Caterine y su madre de crianza.

DESDE ADENTRO

"NOS FELICITAN DE TODO EL MUNDO"

RAMIRO VARELA
Presidente de la Federación

Estuve en Daegú en su bronce, y ahora en Moscú, con su oro, y todo se vive de una manera diferente. En Corea del Sur apenas empezaba este ciclo, que ha sido rápido, pero de muy buenos dividendos. Hace dos años tenía una contractura y no pudo saltar bien, hoy estaba perfecta, con todo para llegar hasta los 15 metros, pero no se pudo. Hemos recibido cartas, abrazos, felicitaciones de todo el mundo, el nombre de Colombia está en lo más alto. Que te reconozcan por este título, en un lugar tan lejano, es lo mejor que te puede pasar.