jueves, 17 de octubre de 2013

"En Primera fila" . Aura Lucia Mera y Medardo Arias Satizával

"En Primera fila"
 
Nota del la Dirección. En el espacio "En Primera fila", publicaremos lo que sea notorio analítico y que le sirve a la ciudad y a "nuestra costa". En este caso, con suficiente motivación lo haremos porque a los aullidos esteparios de "lobo solitario" se suman voces alentadoras. Nada ha sido estéril, en la lucha tenorera sostenida por muchos años en defensa de los intereses comarcano, de algo ha servido. Damos la bienvenida a Aura Lucia Mera y a Medardo Arias Satizábal. Ahora son tres los que nos acompañan para demandar la injusticia social, la mentira y la indiferencia de su más cercano mandatario - el gobernador - que no entiende que no somos "loma",  ni ha caído en cuenta que: Buenaventura es a Cali, como Guayaquil a Quito, El Callao a Lima y Viña del Mar a Santiago . Ciudades todas con puertos . Arq, René Orozco Echeverry director Editor "Elcibereco"
 
 
Basta de mentiras
Por: Aura Lucia Mera

Aura Lucia Mera

EL País, Cali, Octubre 15 de 2013, 

 http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/aura-lucia-mera/basta-mentiras

No es la primera vez que   Buenaventura   ocupa los titulares de los periódicos, ni la televisión envía sus reporteros a transmitir en vivo y en directo la ‘chiva’ de que en el Puerto campea la miseria, la violencia, el narcotráfico.
Años y años, décadas, centurias de noticias sensacionalistas, de promesas falsas, de mentiras políticas, de compromisos sin cumplir de “consejos de seguridad” que solo sirven para la foto y luego se evaporan como el agua después del aguacero torrencial.
 
Este artículo, como los cientos que han salido, también se lo llevará la marea... Ya aburre el tema, unos descuartizados más, cuántos ha habido... Nos hemos acostumbrado a mentirle a esa ciudad. Este Gobierno afirma sin que le tiemble la voz, que la famosa ‘doble calzada’ no se terminará hasta el 2018. Recuerdo, Angelino de Gobernador, Andrés Uriel de ministro... Tarima, podio, emergencia con la catástrofe de Bendiciones, promesas de viviendas, carretera, ubicación de víctimas, erradicación de tugurios, escuelas dignas, desayunos escolares, ayudas al hospital. Aplausos...
 
Buenaventura solamente le importa a los que hacen negocios. Importadores y exportadores. El Terminal progresa. Mientras tanto, los habitantes raizales se pudren de abandono, de miseria, de hambre, de rencor, de rabia de siglos que se acumula cada día. Las cucarachas se multiplican, los olores amotinados de basuras, los gallinazos que se pelean a picotazos los restos de carroña que se acumula por callejones y caños.
 
Jóvenes cuyo único futuro es la muerte violenta, condenados a seguir encadenados entre la frustración y la falta de oportunidades. Sus ancestros esclavos nos trajeron su cultura el ritmo la música, la culinaria. Tradiciones milenarias de ese continente. Ahora nada de eso existe. Solo esa rabia sorda. Ese rencor que anida adentro de esos cuerpos esculpidos por el mar.
 
Violaciones de niños y niñas, maltrato familiar, machismo desenfrenado, hambre, desempleo, deseos de dinero fácil y rápido a como de lugar, patrones del mal multiplicados y la población sin futuro.
 
Mientras nos pavoneamos con el TLC y las tractomulas llevan y traen como gusanos lentos y mastodónticos la ‘mercancía’ por los caños y los manglares, las corrientes de los ríos se van hacia el mar, las lanchas repletas de droga que se han convertido desgraciadamente en la única ‘salida’ para un generación que ya perdió la esperanza, la dignidad, el respeto por la vida y los valores se esfumaron.
 
Buenaventura, convertida en infierno. Recordar que pertenece a Colombia, que es el único puerto que tenemos sobre el Pacífico, que pertenece a nuestro departamento, pareciera no importarle a nadie... La corrupción, la desidia, la anarquía y el terror la tienen atenazada entre sus garras.
 
Tenemos la responsabilidad y la obligación de restituirle a esa ciudad su dignidad. Rescatar los miles y miles de habitantes que todavía conservan la esperanza, que quieren un futuro digno para sus hijos, que siguen con las ilusiones intactas y el corazón abierto.
No podemos permitir que a esta ciudad, acariciada por atardeceres luminosos, se la acabe de arrasar el temporal.
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¿Cuál Pacífico? 
Por: Medardo Arias Satizábal
 
 
Medardo Arias Satizabal

El País, Cali, Octubre 10 de 2013,



Colombia gasta anualmente miles de millones en ‘lobby’ para ser aceptado como un país con presencia comercial, importante, en el Pacífico. Los vemos diariamente en los medios y a través de los eventos que se programan, principalmente en Cali, para atraer la atención comercial del mundo.
 
Sin embargo, Colombia no hace parte del pacto que Estados Unidos quiere cerrar antes de diciembre de este año, para ingresar en la liga mayor de naciones del Pacífico. El pacto, denominado Acuerdo de Asociación Transpacífico, pretende eliminar un 80% de aranceles, lo que tendrá impacto directo en una zona que representa el 40% de la economía mundial.
 
Para nuestra sorpresa, no existimos ahí. Al  inicio de esta semana se reunió el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en la isla de Bali, en Indonesia. En el evento participaron Estados Unidos, Canadá, Japón, México, Australia, Nueva Zelanda, Perú, Chile, Vietnam, Malasia, Singapur y Brunei.
 
El informe de prensa anota: “Estados Unidos es objeto de presiones para suprimir barreras a las importaciones de productos políticamente sensibles, como azúcar, lácteos, calzado y ropa. A cambio, otros miembros del pacto asumirían nuevas reglas para el comercio digital, mejorarían las condiciones laborales de los trabajadores y la protección medioambiental…”.
 
Entre nosotros, el mercurio de la minería ilegal envenena los ríos, el salario de los trabajadores formales es precario y se pondera la explotación salvaje, por encima de la preservación de recursos vitales como el agua.
 
Preocupa además que después de tantos años continuamos en la misma situación que avistó en la vía al puerto, Abdul Bashur, soñador de navíos. Hace veinte años, tomaba 1 hora y 40 minutos llegar a Buenaventura desde Cali; hoy, con todos los puentes, túneles nuevos, ramales que le han salido a la vía, un viajero puede estar satisfecho si hace el tránsito en 3 horas. Una fila interminable de camiones lo espera en el camino; ello sin contar las escaramuzas mineras, el acecho de la guerrilla.
 
No tenemos una vía rápida al mar, todavía; Buenaventura no cuenta con un aeropuerto internacional, no obstante las propuestas que se han hecho para abrir pista en terrenos adecuados y no en la lejana selva donde hoy se encuentra el precario terminal. Ecuador tiene un muelle exclusivo para el banano, y El Callao y Antofagasta, son lujos de puerto, comparados con el nuestro. Pacífico, además, no es sólo Buenaventura; es también Tumaco, Bahía Solano, donde Colombia podría tener otros puertos eficientes.
 

Algunos se alegran con las cinco o seis torres nuevas que se levantan hoy sobre la miseria de Buenaventura, con un nuevo malecón, pero ello no es suficiente. No existimos en el Pacífico del mundo.
 
A las obras viales para facilitar el movimiento de carga, al mejoramiento del terminal marítimo, a la compra de nuevas grúas y contratación de dragas, ha hecho falta voluntad política para ingresar el puerto en niveles dignos de educación, de empleo. Es urgente atender a la población civil con fórmulas efectivas para construir sociedad y convivencia. Con una de las tasas de desempleo más altas de la república y con el flagelo de una delincuencia creciente, Buenaventura no puede ser sólo un nido de narcotraficantes, paramilitares, bandas criminales, pandillas, frentes guerrilleros.
 
Del Pacífico del mundo hacen parte 21 naciones, con cerca de 3.000 millones de habitantes que representan algo más del 50% del PIB universal. Según la declaración de Bali, se aspira a que en el 2020, todas las regiones del planeta con ventana a este mar, estén unidas.
 
Es menester repensar a Buenaventura y ejecutar ahí un Plan Marshall que lo saque definitivamente de la iniquidad y el olvido.
 
 Elcibereco/René Orozco Echeverry/Editor/Redactor