Primera parte. Involucran al Alcalde de Buenaventura en asesinato de concejal Stalin Ortiz
Primera parte
Involucran al Alcalde de Buenaventura en asesinato de concejal Stalin Ortiz
Según la hija del asesinado cabildante del Puerto, Stalin Ortiz, el alcalde de esa ciudad tuvo que ver con la muerte de su padre.
Denuncia.
Por: Redacción de El PaísDomingo, Febrero 24, 2013
Dato clave
Bartolo le dio a Stalin la ESE como cuota política
Pese a que hay quienes han asegurado que el asesinado concejal Stalin Ortiz quería apoderarse de la ESE Luis Ablanque de la Plata, la realidad es que fue el propio alcalde Bartolo Valencia quien se la entregó a su exaliado político como cuota burocrática por haberlo acompañado en campaña.Así lo reconoció el propio Bartolo en una entrevista concedida al periódico ‘Pacífico Siglo XXI’, en su edición de octubre - noviembre del 2012, al ser interrogado sobre la situación política y las diferencias en el Hospital Luis Ablanque de la Plata, de nivel 1.
“En lo que respecta a la ESE, existen unos acuerdos políticos administrativos con la clase política y uno tiene, como alcalde, que manejarlo”, dijo Bartolo.
“Se le dio la posibilidad al concejal Stalin Ortiz para que determinara quién debía ser el gerente de la ESE. Es un manejo político. No significa, sin embargo, que la institución se endose a una persona”, continúa el Alcalde.
Agregó Bartolo Valencia que: “Yo, como Alcalde, soy responsable también de la ESE y de la salud de la ciudad. Pero el concejal Stalin, después de haber recibido mi respaldo, ahora piensa que la ESE no es competencia del Alcalde sino de él” y anuncia medidas para garantizar que “cada quien se ubique en su espacio”.
Personas cercanas al concejal Stalin en el Concejo aseguran que todo lo que hizo y dijo el pastor y dirigente liberal en sus últimos días, “era porque ya sabía que por sus denuncias lo iban a asesinar”.
El anterior gerente de la ESE Luis Ablanque de la Plata, Maximiliano Castro, hizo parte de la lista de los llamados ‘ilustres visitantes’ al exsenador Juan Carlos Martínez en La Picota.
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Detrás del asesinato del concejal de Buenaventura Stalin Ortiz, ocurrido el pasado 28 de enero en el barrio Buenos Aires de Cali, estaría la guerra que se libraba desde hace varios meses al interior del liberalismo, en el principal puerto sobre el Pacífico, por el control del Hospital Luis Ablanque de la Plata, con un presupuesto anual de $32.000 millones.
Días antes de su muerte, el concejal Ortiz hizo llegar a El País los documentos que soportaban sus acusaciones sobre las supuestas irregularidades que se venían cometiendo en la administración del centro médico. Personas cercanas al político aseguraron que él era consciente del riesgo que corría su vida por las denuncias contra del alcalde Bartolo Valencia y el concejal Hernán Sinisterra.
Elizabeth Ortiz, hija del asesinado concejal, aseguró que su papá estuvo en los últimos días previendo su final y advirtiendo a sus familiares y amigos que las denuncias que hizo sobre el hospital iban a ser la causa de su muerte.
“Mi papá se lo dijo al Presidente de la Liga de Usuarios, se lo dijo a los concejales y donde iba comentaba que temía por su vida; por la cantidad de cosas que estaban haciendo el alcalde Bartolo Valencia y el concejal Hernán Sinisterra en el hospital”.
Agregó que: “Yo temo por mi vida porque no tengo grupos armados ni nada por el estilo que me defiendan y es por eso que nos tocó salir del Valle. Mi papá se lo dijo a líderes: que con las únicas personas que tenía problemas era con Bartolo y con Hernán. Él hace las denuncias, lo citan en Cali para hablar y ese día lo matan; creo que más claro no puede estar”.
Familiares del concejal aseguran que en el teléfono de Ortiz había un intercambio de llamadas, minutos antes de su asesinato, con el Alcalde y Silvio Hurtado, con quien sus amigos asegura que no se hablaba.
Stalin estaba denunciando, según los documentos que tiene El País, que en la ESE había silencio ante el desvío de recursos, la celebración indebida de contratos, el tráfico de influencias, el pago de salarios a personas que no iban a trabajar y decisiones tomadas en supuestas asambleas de Junta Directiva que no se realizaban.
Igualmente, dejó Ortiz de manifiesto que las diferencias con el Alcalde, al que apoyó en campaña, y con el concejal Sinisterra surgieron por defender la actuación del gerente de la ESE, Víctor Manuel Meneses, quien llegó con el respaldo del Mandatario y una vez en el cargo se habría negado a prestarse para irregularidades con la nómina y la contratación.
Lo que detallan los documentos
Una semana después de que Meneses se posesiona como gerente, siendo cuota de la Administración y gracias al polémico concurso que hizo la Universidad Santiago de Cali, y que, según aseveró el concejal Sinisterra en una grabación que conoció El País, fue direccionado por el senador Édinson Delgado, éste quiere obrar con autonomía.
Por decisión suya, el 15 de mayo del 2012, la Jefa de Talento Humano del Luis Ablanque envió al jefe de la Oficina Jurídica, Jorge Luis Bedoya, el listado de las personas contratadas e inició un proceso de depuración en el que quedaron por fuera familiares del concejal Hernán Sinisterra, muy cercano al Alcalde.
La disputa de Meneses con el Alcalde y el concejal Sinisterra fue tomando fuerza, al tiempo que el concejal Stalin Ortiz hacía resonancia pública de los hallazgos que Meneses realizaba en el Luis Ablanque y que comprometía a sus copartidarios, como la partición de la Oficina de Jefatura y Cartera para ampliar la planta de cargos sin un estudio o concepto previo.
Un mes después, Stalin llevó al Gerente de la ESE al Concejo. Allí Meneses afirmó que “Silvio Hurtado, gerente encargado, nunca le hizo entrega del Hospital y menos de un informe que detallara la situación del centro de salud”, denunció contratos irregulares con la firma Codrofar y que Clara Rosa Grueso, jefa de Talento Humano y compañera sentimental del concejal Hernán Sinisterra, no cumplía con los requisitos para ocupar ese cargo.
A partir de entonces, según denunció Meneses a la Procuraduría de Buenaventura, se inició una persecución en su contra y una desbandada de presiones y amenazas de muerte para que abandonara la Gerencia del hospital y dejó de ser invitado a las reuniones de la Junta Directiva de la ESE, que preside el Alcalde, contra quien presentó cuatro quejas disciplinarias, así como contra la Junta Directiva del Hospital y el secretario de Salud, Yimmi Perea, por presuntos actos ilegales en la entidad.
Una de ellas, por extralimitación de funciones, otra por nombrar a dedo y a conveniencia a Alberto Cachimbo como representante de los usuarios de la ESE sin ser parte de ella y dos más por frenar la prestación de los servicios de salud al no hacer los contratos con las EPS y por contratar con privados y fundaciones más del porcentaje que permite la ley.
El desespero por sacar a Meneses de la Gerencia de la ESE se evidenciaría en varios documentos del pasado 31 de octubre. Ese día, la Clínica Santa Sofía, atendiendo una solicitud del Alcalde, envió copia del parte médico en el que certifica que tres días atrás fue atendido Víctor Meneses y su cuadro médico reveló “diagnóstico de angina inestable”, e “hipertensión arterial” por lo que se le dio una incapacidad de cinco días.
El certificado fue recibido en el despacho del Alcalde a las 4:08 p.m., y de inmediato se convocó reunión de la Junta Directiva del Hospital, esa misma noche con la resolución 1964 del 2012 se procedió a designar como gerente encargado a Walington Vidal y minutos más tarde ya se estaba posesionando, según el acta 343.
Pasados los cinco días de incapacidad, y de acuerdo con lo que denunció Stalin, sus copartidarios liberales aprovecharon sus contactos en la Procuraduría para abrirle un proceso disciplinario a Meneses, con el que fue destituido en primera instancia y que hoy lo tiene con casa por cárcel.
Esta última situación, aseguraron personas cercanas al concejal asesinado, fue la que hizo que Stalin tomara la decisión de ir a Bogotá para denunciar ante el Directorio Nacional Liberal lo que venía ocurriendo en Buenaventura, pero fue asesinado días antes del viaje.
Esta versión de concejales que prefirieron omitir su nombre, fue corroborada por Elizabeth Ortiz, quien dijo que “mi papá tenía todo listo para llevar las denuncias a Bogotá porque en Buenaventura con ese nido de corrupción que hay, sabía que no pasaba nada. Allá ningún abogado toma un caso contra esos señores”.
La respuesta de los implicados
Luego de conocer las acusaciones en su contra, los implicados aseguraron desconocer las razones por las cuales el desaparecido concejal quiso involucrarlos y negaron diferencias con Stalin, sobre todo porque todos hacen parte del liberalismo e hicieron campaña juntos por la Alcaldía de Buenaventura.
Bartolo Valencia, mandatario local, aseguró que jamás tuvo ningún tipo de diferencia con el concejal Stalin Ortiz “y me sorprende cuando hoy hablan de enemistad entre los dos”.
“Él era parte del equipo del Partido Liberal, junto a los concejales Hernán Sinisterra y Yilibert Garcés, y no sé de dónde se inventan enemistad. Yo lo que hice fue una denuncia contra el gerente de la ESE, que es totalmente diferente a lo que hoy aducen algunas personas”, dijo el Alcalde.
Reconoció que estuvo con el concejal antes de que lo asesinaran en Cali porque coincidieron en la ciudad, donde Stalin Ortiz había llegado a reunirse con el senador Édison Delgado. “Nos sentamos y el diálogo fue amable, hablamos del manejo administrativo de la ESE, pero personalmente no teníamos ninguna diferencia”.
Sobre las llamadas que se hicieron al teléfono del concejal asesinado poco antes del crimen, aseguró que desde el sitio de la reunión llamaron a Silvio Hurtado, ahora jefe de talento Humano para que atendiera a Stalin en Buenaventura.
No obstante, la hija del concejal Stalin Ortiz repicó que “cómo va a salir el Alcalde ahora a decir que no tenía problemas con mi papá, si ya había reconocido esas diferencias en otro periódico.
El concejal Hernán Sinisterra, por su parte, dijo no conocer las razones por las que Stalin trató de implicarlo e indicó que “seguramente nos vio al Alcalde y a mí como un obstáculo para sus ambiciones personales lucrativas con la ESE y utilizó eso como mecanismo de presión hacia nosotros”.
“Él venía manejando la ESE desde hace rato y tenía un estrecho vínculo con Maximiliano Castro, el exgerente, que fue cómplice y se repartían los recursos de la ESE. Maximiliano era el yerno, el esposo de la hija y entre ellos tenían un complot, pero terminaron en serios problemas”, dijo Sinisterra.
Negó que sus hijos y su esposa estuvieran trabajando en la ESE, aunque reconoció que sí tuvo una hija laborando en el Luis Ablanque, pero no por ayuda suya y que no tenía conocimiento de eso porque ella ya no vivía con él.
Se preguntó por qué Stalin no denunció también “a los demás concejales que tienen familiares allá trabajando, empezando por él, que tenía a la hija; que no aparecía en nómina, pero tenía el control”.
Por último, pidió a las autoridades que investiguen “y no se limiten solo a la ESE o a Bartolo y a mí, sino que se mire la conducta del concejal porque he oído que estuvo preso en EE.UU. por otros delitos”.
El asesinato de Stalin Ortiz, calificado de “homicidio selectivo” por el Comandante de la Policía de Cali, está en la etapa de la investigación por una unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía.
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