domingo, 8 de septiembre de 2013

UN CURRULAO PARA UN JOVEN DIFUNTO.

La Carta Dominical
Buenaventura, 09.09.2013 
 
UN CURRULAO PARA UN JOVEN DIFUNTO.

 
Por René Orozco Echeverry

Que los turistas se ahoguen en el mar, no es cosa nueva a tal extremo que nadie se inmuta por esto y transcurre como un hecho regular, como vender chontaduros en el embarcadero o aceite de tiburón.
 Y lo peor, que estas muertes a las autoridades locales les importa un bledo.

La Protección Social que es una labor constitucional, no es tenida en cuenta  y nada hacen para que estos hechos luctuosos no sigan ocurriendo sin que se advierta a los visitantes los peligros que encierra bañarse en un mar mal llamado pacifico.
Este hecho en cualquier parte del mundo, conlleva a demandas contra las autoridades por omisión, desidia o negligencia.

En las playas de Bocana, Juan chaco, Ladrilleros y la Barra, no existe letreros alguno ni señales de prevención.
 En la orilla de Buenaventura se expiden los pasajes, o salvoconducto, no para salvarlo de los peligros, se le expende un pasaporte de un posible viaje a la muerte.








En semanas anteriores  se ahogó un ingeniero bogotano,  incidente  que se registró como un hecho regular y cotidiano.
El departamento del Valle, que es quien administra el turismo del pacifico, debe responder por estos hechos de naturaleza culposos por no ofrecer al visitante seguridad o advertir los riesgos que implica bañarse en estas aguas.
 

En las lanchas que llevan al turistas al mar, únicamente los proveen de un chaleco salvavidas, de ahí en adelante el visitante dependen y corren su propio albur.


Al comprar el tiquete le regalan una guía donde le señalan que posiblemente verán las ballenas pero no les indican o previenen de cómo deben comportarse en el mar abierto que les espera.
 

Si la bahía de Buenaventura no fuera la cloaca de cuanta porquería arrojan los 525 mil habitantes y el basurero de los “barco cargueros”, se podrían utilizar las playas que están alrededor del Embarcadero Turístico sin el menor peligro.


Como esto no puede ser, los turistas del Cali, el valle e interioranos de toda Colombia, se aventuran a ir al mar donde afloran las yubartas con fatales resultados conocidos de todos, bogotanos y vallunos ahogados por igual.



 
 Hacer piscinas artificiales en orillas de  “playa Basura”, con agua “dulce” provenientes de los ríos del continente, podría ser:  no es factible ni posible porque el acueducto que ni siquiera puede dar los abastos que requieren los pobladores locales, menos surtir el llenado con  agua de un "mar" empozado, sucio lleno de impurezas y por cuanto no se renueva se convierte en un caldo de cultivo de todo tipo de gérmenes que humanamente no apta para este tipo de uso, mucho menos ofrece las condiciones sanitarias requeridas.
Hace más de dos década el ingeniero naval Juan de Dios Morcillo, cuando ocupó la Dirección Técnica de Colpuertos en Buenaventura,  propuso  este tipo de ornamento urbano en la ampliación territorial conocida como “playa basura”.

Por razones higiénicas fundamentalmente esta propuesta fue desechadas y por otros la calificaron y consideran utópica, paradójica e inverosímil.     

rene.orozco.echeverry@hotmail.com