UN CURRULAO PARA UN JOVEN DIFUNTO.
La Carta Dominical
En la orilla de Buenaventura se
expiden los pasajes, o salvoconducto, no para salvarlo de los peligros, se le
expende un pasaporte de un posible viaje a la muerte.
Si la bahía de Buenaventura no fuera la cloaca de cuanta porquería arrojan los 525 mil habitantes y el basurero de los “barco cargueros”, se podrían utilizar las playas que están alrededor del Embarcadero Turístico sin el menor peligro.
Hacer piscinas artificiales en orillas
de “playa
Basura”, con agua “dulce” provenientes de los ríos del continente, podría ser:
no es factible ni posible porque el
acueducto que ni siquiera puede dar los abastos que requieren los pobladores locales,
menos surtir el llenado con agua de un "mar" empozado, sucio lleno de impurezas y por
cuanto no se renueva se convierte en un caldo de cultivo de todo tipo de gérmenes
que humanamente no apta para este tipo de uso, mucho menos ofrece las condiciones sanitarias requeridas.
Por razones higiénicas fundamentalmente
esta propuesta fue desechadas y por otros la calificaron y consideran utópica, paradójica
e inverosímil.
Buenaventura, 09.09.2013
UN CURRULAO PARA UN JOVEN DIFUNTO.
Por René Orozco Echeverry
Que los turistas se ahoguen en el
mar, no es cosa nueva a tal extremo que nadie se inmuta por esto y transcurre como
un hecho regular, como vender chontaduros en el embarcadero o aceite de tiburón.
Y lo peor, que estas muertes a las autoridades
locales les importa un bledo.
La Protección Social que es una
labor constitucional, no es tenida en cuenta
y nada hacen para que estos hechos luctuosos no sigan ocurriendo sin que
se advierta a los visitantes los peligros que encierra bañarse en un mar mal llamado
pacifico.
Este hecho en cualquier parte del
mundo, conlleva a demandas contra las autoridades por omisión, desidia o negligencia.
En las playas de Bocana, Juan
chaco, Ladrilleros y la Barra, no existe letreros alguno ni señales de
prevención.
En semanas anteriores se ahogó
un ingeniero bogotano, incidente que se registró como un hecho regular y
cotidiano.
El departamento del Valle, que es
quien administra el turismo del pacifico, debe responder por estos hechos de
naturaleza culposos por no ofrecer al visitante seguridad o advertir los
riesgos que implica bañarse en estas aguas.
En las lanchas que llevan al
turistas al mar, únicamente los proveen de un chaleco salvavidas, de ahí en
adelante el visitante dependen y corren su propio albur.
Al comprar el tiquete le regalan
una guía donde le señalan que posiblemente verán las ballenas pero no les
indican o previenen de cómo deben comportarse en el mar abierto que les espera.
Si la bahía de Buenaventura no fuera la cloaca de cuanta porquería arrojan los 525 mil habitantes y el basurero de los “barco cargueros”, se podrían utilizar las playas que están alrededor del Embarcadero Turístico sin el menor peligro.
Como esto no puede ser, los turistas del Cali, el valle e interioranos
de toda Colombia, se aventuran a ir al mar donde afloran las yubartas con fatales resultados
conocidos de todos, bogotanos y vallunos
ahogados por igual.
Hace más de dos década el ingeniero
naval Juan de Dios Morcillo, cuando ocupó la Dirección Técnica de Colpuertos
en Buenaventura, propuso este tipo de ornamento urbano en la ampliación
territorial conocida como “playa basura”.
rene.orozco.echeverry@hotmail.com
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