Quemar a un hombre vivo . 1 Comentario del arq. René Orozco Echeverry

ELCIBERECOVIRTUAL

Buenaventura Col.
Domingo febrero 8 de 2015
Columna de Opinión

"El País"
Quemar a un hombre vivo

Por: Medardo Arias Satizabal
 

No veo los videos de las decapitaciones que hace semanalmente el Estado Islámico, por la misma razón que evito ver películas de terror, las mismas que persiguen con la crudeza de sus imágenes las peores pesadillas, los sueños dormidos y despiertos.

He creído siempre que asiste al espectador que busca un filme de terror, algún ingrediente masoquista. La última película de este género, la vi hace más de treinta años. En ella, una niña hace girar su cabeza mientras emite gruñidos; era, ‘El exorcista’, una producción que quizá es considerada venial ante la carga de perversidad y horror que puede verse hoy en Hollywood.

En la noche del martes pasado, no obstante y quizá llevado por la desesperanza que producen los dolores del corazón, me atreví a ver el vídeo en el que el piloto jordano Muaz Kasasbeh, es quemado vivo dentro de una jaula, para ser cubierto después con piedras. Esta imagen, bajo mi propia responsabilidad, me perseguirá ahora toda la vida como un ejemplo más de la miseria humana.

Leí luego los comentarios a pie de vídeo, realizados por gentes de todo el mundo; alguien propone “dejar caer otra bomba atómica” en los territorios del EI, una opinión que generó al menos quince réplicas de quienes recordaban al forista el peligro de responder con una extrema Ley del Talión –ojo por ojo- y las consecuencias de una devastación de este tamaño, probadas ya en Nagasaki e Hiroshima.

Alguien, indignado, dice que se trata de “bestias de dos patas”, y otro contesta que “las bestias no harían esto”, que más respeto con los animales supuestamente irracionales.

Otro lector manifestaba ahí que “esto no es lo peor”. Que lo verdaderamente degradante es lo que no vemos. En las guerras convencionales mueren miles, algunos con un nítido disparo en la nuca. El mundo entierra sus muertos y parece no horrorizarse con las centenares de cruces que cubren el sueño eterno de los justos. Lo que aterra a la humanidad es esta puesta en escena del horror, el cuchillo en el cuello, el fuego devorando a un hombre vivo, en esta, una de las peores guerras sucias del joven Siglo XXI; la beatitud de los fusilados que esperaban la descarga con los ojos vendados, la asepsia del balanceo pendular del ahorcado, quedaron atrás. Los islamistas de la Yihad deciden cómo deben morir sus prisioneros –de la manera más bizarra y humillante para la condición humana-, y además de ello usan un recurso que no existía en la primera mitad del Siglo XX: el trasteo inmediato de imágenes a través de las redes orbitales de comunicación.

Si los padres estadounidenses hubieran visto a través de la TV la manera como sus hijos eran empalados en los arrozales de Vietnam, quizá esa guerra no hubiera durado 17 años. Es la visualización del horror la que llega hoy a veces en vivo y en directo a nuestras casas, y estamos ahí, inermes delante de la elección de contemplar o no, frente a frente, la cara de la muerte.

El mundo se enfrenta hoy a esta víbora de siete cabezas que cabalga en el potro del apocalipsis. Ayer era Osama Bin Laden, la amenaza mayor, apoyado en un bastón, desde ignotas cuevas de piedra. Hoy es esta avanzada feroz del islam dando cumplimiento a aquella sentencia según la cual “Occidente no podrá dormir tranquilo un solo día”, la proclama de los hijos bárbaros de Alá hecha después de matar a más de 3.000 personas en el World Trade Center de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.

Mientras las guerra se envilece a sus niveles más escabrosos –toda guerra es vil y escabrosa- Estados Unidos, Inglaterra, Japón y ahora Jordania, se preguntan hoy quién morirá mañana.

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02/08/2015 2:52pm — CHOLÉ

CONDOLIDO SE ENCUENTRA MEDARDO. Arias Satizabal, el de Buenaventura, “caleñizado” por completo, Medardo mi amigo, él del Firme, de Pueblo Nuevo o de la Calle la virgen, Medardo él que no sabe bailar currulao, que no están viejo para decir que conoció a las putas de “la Pilota”, el barrio abierto al mundo del lenocinio, el que quedaba arriba de la calle “Los Alemanes y por donde vivía el periodista Huber Ordoñez, mi difunto amigo.Medardo el de “El Puerto”, quien escribe y es comentarista de Salsa, el que hace recuentos históricos y habla siempre de Salsa, el verdadero Medardo, jugó fútbol en Cancha de Monte Chino. Ahora Medardo conmovido por los desmanes del “islam” donde inspirados por el credo de la Yihad, -Fuerza vencedora- queman vivas a sus víctimas, o escalofriado por las imágenes de un ahorcado pendoneando al tic-tac y semejanza de un antiguo relojes de cuerda que daban las horas metódicamente. Medardo le cuento que cerca de la casa en Buenaventura donde vivió su primera infancia, no queda lejos las terroríficas “Casas de Pique”, en las que inmisericorde descuartizan humanos, y apedazados las arrojan al mar donde los perros que vagan por la orilla de los palafitos esperan que les lancen brinchas humanas, que hambrientos devoran y las sobras son arrastradas por la marea. Medardo el de Buenaventura, ruborizado por lo que ocurre en el Asia tan distinta y lejana, cuando a sus espaldas están las carnicerías y los horripilantes escenarios del crimen, Medardo Arias Satizabal no se inmuta y ni dice algo. rene.orozco.echeverry@hotmail.com 

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02/06/2015 11:20am — IBRAHIM

"Miramos la paja en el ojo ajeno, pero no miramos la viga que tenemos en el propio".

Ningún ser humano debe morir víctima de algún conflicto, pero NOS OLVIDAMOS de todo el HORROR que causa una bomba o un misil lanzado por cualquier potencia en territorio 'enemigo'. Los decapitados, los mutilados, los quemados, los cuerpos despedazados de civiles adultos y niños que han dejado ¡INFINIDAD! de ataques lanzados por 'los aliados' contra las naciones del Oriente Medio, que ya no es medio, sino 'desmenuzado' su territorio en ¡MIL PEDAZOS!, ¡¡¡ES INENARRABLE!!!,...PREGUNTO: ¿De qué nos quejamos?,... ¿Acaso los medios occidentales nos han mostrados tan aterradoras imágenes después de tremendos ataques tan inhumanos a ¡LA GRAN CANTIDAD! de población civil, pobre e inerme en los países del Medio Oriente?,... ¡Y NOS ATERRAMOS POR UNOS CUANTOS OCCIDENTALES DECAPITADOS O QUEMADOS!,… ¿Qué nos pasa? Solo vemos para dentro, para nuestro lado, pero no observamos ni nos queremos dar cuenta de la estela de muerte, la cantidad de sangre derramada de inocentes y odios que estamos sembrando en esos países. ¿Acaso hemos pensado en las bombas con toneladas de napalm lanzadas por EE.UU. contra la población civil en los pueblos de Vietnam cuando sucedió esta guerra en los años 60, que dejaron miles de muertos y gran cantidad de seres humanos quemados?. Guerra que perdió Estados Unidos. Cuando se lanzaron las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki contra el Japón que dieron por terminada la 2a. guerra mundial, los pilotos norteamericanos que condujeron los aviones y ejecutaron la acción fueron y volvieron hasta el sitio de su lanzamiento en ambas ciudades en cuestión de pocas horas. Por la tarde, ya en territorio norteamericano, estos pilotos estaban jugando tenis. Esto no es un invento de quien esto escribe, leí la narración de lo sucedido en Selecciones del Reader’s Digest hace años. ¿Por qué el 11 de Septiembre de 2001 la población civil de esos países, incluidos niños, brincaban de alegría y celebraban porque 'ellos' les habían tumbados dos (2) torres al enemigo?,... ¿Que esperamos que suceda en el futuro si esta barbarie continua?,... ¡MÁS CELEBRACIONES!,... ¿De qué lado?,... ¡PARA SENTARSE A LLORAR! ¿Hasta dónde va a llegar la barbarie del ser humano?. NOTA: Aclaro, Quien esto escribe no es judí@, ni musulmán@, ni shiita, ni kurd@, ni yihadista, ni pertenezco al Estado Islámico, soy simple crioll@ colombian@ practicante cristian@ que vive en algún lugar de Colombia, ¡MI PATRIA QUERIDA!. He dicho y escrito, Cordial saludo.

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02/06/2015 10:24am — Santander

Los seguidores de Osama Bin Laden, insieran a los nuestros o los decapitan, pero uno de los nuestros David, decapitó a Goliat. Si seguimos mirando y criticando hacia UN SOLO lado, no descubriremos al monstruo que llevamos dentro. Es un momento propicio de meditar, amar y perdonar.