Editorial El País . "De frente al Pacífico"
El Pais
Domingo 3 de marzo de 2023
Editorial
De frente al Pacífico
La visita del presidente Juan Manuel Santos a Buenaventura y de su Ministra de Infraestructura a la vía que une a esa ciudad con el interior, desnudó una vez más los graves dificultades que les causa a la ciudad y a sus miles de habitantes la lejanía del Estado y su renuencia a atender sus graves y permanentes problemas.
El Valle está en mora de adelantar una cruzada para lograr que se atienda como corresponde una crisis que ya se está convirtiendo en tragedia.
El presidente Santos entregó el dragado del canal de acceso al puerto, obra adelantada con los recursos que producirá la ampliación de la concesión a la Sociedad Portuaria. Sumado a las inversiones que realizan las compañías que tienen muelles allí, se convierte a Buenaventura en la sede de las empresas más eficientes en el manejo de carga del Pacífico suramericano.
El Primer Mandatario también hizo entrega de las 600 casas de interés social construidas por Comfandi y financiadas en parte con la plata que se incautó a un narcotraficante.
Por supuesto, los sectores empresariales recibieron con agrado el apoyo a sus esfuerzos por ser más competitivos y eficientes. No obstante, alguno de ellos revivió la frase de don Manuel Carvajal
cuando, al explicar el origen de la Fundación Carvajal, dijo que una empresa no puede crecer sana en un medio enfermo.
En el caso que nos ocupa, el Gerente de la Sociedad Portuaria expresó que era una vergüenza tener un puerto tan competitivo cuando la comunidad que lo rodea está sumida en un 40% de indigencia.
Esa es la clave del asunto.
¿Cómo es posible que en tantos años de producir los mayores ingresos al Estado colombiano, Buenaventura padezca el drama social causado por el abandono? ¿Por qué razón, un municipio capaz de albergar el puerto más moderno sobre el mar Pacífico es calificado como vergüenza para la humanidad por sus increíbles índices de miseria y desempleo? ¿Por qué los violentos de todas las estirpes aprovechan a fondo las ventajas geoestratégicas que ofrece esa ciudad, mientras para el Estado es una carga imposible de resolver?
De otra parte, la Ministra de Infraestructura hizo un recorrido centímetro a centímetro por la vía que conecta a Buenaventura con Buga. Y se encontró con el absurdo: concesiones inexplicables e inexplicadas por 50 años a contratistas que al parecer incumplen sus obligaciones, además de una carretera en la cual se conjugan desde la minería ilegal hasta la renuencia de quienes firmaron contratos hace cuatro años, pasando por los obstáculos que significan los acuerdos con las comunidades.
Mientras tanto, llevar y traer carga desde y hacia el primer puerto de Colombia es una proeza costosa que destruye la competitividad del país.
Y mientras el Municipio sigue aprisionado por el clientelismo y la falta de recursos, el departamento del Valle está desaparecido en la tarea de liderar el esfuerzo por conseguir la transformación de Buenaventura.
Es el drama de una Nación y de una región que están de espaldas al mar Pacífico como fuente de progreso para Colombia, y que no han tenido la decisión política de construir la ciudad y el desarrollo que merecen sus habitantes.
Comentario al Editorial de El País
Por: René Orozco Echeverry
El Editorial de El País del 3 de marzo, coincide con lo que siempre hemos venido demandando. Ahora que proviene de un importante órgano periodístico, ojalá tenga eco ante el Gobierno Nacional. Lo que no es Bogotá, no interesa o es poco lo que importa. Surgen quejas por doquier, como aullidos de lobos ladrándole a la luna, tratando que la realidad de este puerto Vallecaucano mejore sustancialmente.
Muchos oriundos de Cali, ignoran que Buenaventura es territorio del Valle del Cauca y la miran con desdén y desprecio, porque es costa que no tiene nada en común con la estepa valluna.
Buenaventura es del valle tanto como lo es las ciudades de Buga, Cartago, Yumbo o Palmira, sin que se lo consideren así por el arraigado concepto popular y pernicioso que: “Valle es Valle, lo demás es loma”. Ignoran que el Departamento del Valle del Cauca, es un territorio con más de 200 kilómetros de costa sobre el Pacifico y la suerte de la ciudad-marina está ligada profundamente a su histórica y al desarrollo del Valle. Por este puerto no solo entro la salsa antillana, si no el progreso y la modernidad.
Cuando Cali se despierte del trasnocho y de la vigilia de las ferias decembrinas y piense en serio, otro será su destino y Buenaventura será otra cosa.
El valle de espalda al mar, “al mar del futuro”, se solaza viviendo una cultura ribereña, la del Cauca y de los farallones.
Hasta hace poco los caleños se dieron cuenta que las brisas refrescante de la tarde valluna, se la deben al pacífico que se hace presente y hace de la ciudad de Santiago que sea vivible y amena.
Al periodista AGUSTIN ESCANDÓN PEÑA, quien fuera columnista de El País, le hice caer en cuenta que la brisa vespertina que caen sobre el valle, provenían de la Costa vallecaucana.
No lo creía, hasta que un día, desde lo alto de mi casa en Buenaventura, vio como corrían raudas las nubes con rumbo 120 grados, y las vio perderse en las lejanías de lo alto de los farallones de Cali.
Cuando Cali sea consciente que Buenaventura hace parte de su territorio político, podrá entonces decir que tiene el mejor Terminal Marítimo de Suramérica y de orgullo patrio.
Buenaventura no es solo "currulao", es sobre todo El Primer Puerto Colombiano; Cali no es "pandeyuca y almojábana"; el territorio del Valle alberga una amplia área marinera, aunque no saben que es de todos los vallecaucanos.
No es la primera vez que recibimos la solidaridad y el clamor de la gente pensante del Cali, expresado en ese Editorial, quienes son conscientes de la realidad por la que atraviesa la cuidad de don Juan de Ladrilleros, con un potencial para su desarrollo, que bien podría constituirse en una de las ciudades porteñas más importante de la cuenca del pacifico.
No bastan enumerar o anunciar las mil calamidades por las que atraviesa Buenaventura, ni citar los índices de desempleo que sobrepasan alarmantemente más de 80%, donde el 65% de ésta población vive en la pobreza extrema y en medio de una inseguridad pasmosa, generadora de muertes constantes y desalojos forzosos que no cesan.
Por el contrario todo va en aumento, y Buenaventura navega en medio de un tormantoso maremágnum de confusión y caos, sin que se vislumbre cercana la solución definitiva para todos sus problemas.
rene.orozco.echeverry@hotmail.com
Comentario al Editorial de El País
Por: René Orozco Echeverry
El Editorial de El País del 3 de marzo, coincide con lo que siempre hemos venido demandando. Ahora que proviene de un importante órgano periodístico, ojalá tenga eco ante el Gobierno Nacional. Lo que no es Bogotá, no interesa o es poco lo que importa. Surgen quejas por doquier, como aullidos de lobos ladrándole a la luna, tratando que la realidad de este puerto Vallecaucano mejore sustancialmente.
Muchos oriundos de Cali, ignoran que Buenaventura es territorio del Valle del Cauca y la miran con desdén y desprecio, porque es costa que no tiene nada en común con la estepa valluna.
Buenaventura es del valle tanto como lo es las ciudades de Buga, Cartago, Yumbo o Palmira, sin que se lo consideren así por el arraigado concepto popular y pernicioso que: “Valle es Valle, lo demás es loma”. Ignoran que el Departamento del Valle del Cauca, es un territorio con más de 200 kilómetros de costa sobre el Pacifico y la suerte de la ciudad-marina está ligada profundamente a su histórica y al desarrollo del Valle. Por este puerto no solo entro la salsa antillana, si no el progreso y la modernidad.
Cuando Cali se despierte del trasnocho y de la vigilia de las ferias decembrinas y piense en serio, otro será su destino y Buenaventura será otra cosa.
El valle de espalda al mar, “al mar del futuro”, se solaza viviendo una cultura ribereña, la del Cauca y de los farallones.
Hasta hace poco los caleños se dieron cuenta que las brisas refrescante de la tarde valluna, se la deben al pacífico que se hace presente y hace de la ciudad de Santiago que sea vivible y amena.
Al periodista AGUSTIN ESCANDÓN PEÑA, quien fuera columnista de El País, le hice caer en cuenta que la brisa vespertina que caen sobre el valle, provenían de la Costa vallecaucana.
No lo creía, hasta que un día, desde lo alto de mi casa en Buenaventura, vio como corrían raudas las nubes con rumbo 120 grados, y las vio perderse en las lejanías de lo alto de los farallones de Cali.
Cuando Cali sea consciente que Buenaventura hace parte de su territorio político, podrá entonces decir que tiene el mejor Terminal Marítimo de Suramérica y de orgullo patrio.
Buenaventura no es solo "currulao", es sobre todo El Primer Puerto Colombiano; Cali no es "pandeyuca y almojábana"; el territorio del Valle alberga una amplia área marinera, aunque no saben que es de todos los vallecaucanos.
No es la primera vez que recibimos la solidaridad y el clamor de la gente pensante del Cali, expresado en ese Editorial, quienes son conscientes de la realidad por la que atraviesa la cuidad de don Juan de Ladrilleros, con un potencial para su desarrollo, que bien podría constituirse en una de las ciudades porteñas más importante de la cuenca del pacifico.
No bastan enumerar o anunciar las mil calamidades por las que atraviesa Buenaventura, ni citar los índices de desempleo que sobrepasan alarmantemente más de 80%, donde el 65% de ésta población vive en la pobreza extrema y en medio de una inseguridad pasmosa, generadora de muertes constantes y desalojos forzosos que no cesan.
Por el contrario todo va en aumento, y Buenaventura navega en medio de un tormantoso maremágnum de confusión y caos, sin que se vislumbre cercana la solución definitiva para todos sus problemas.
rene.orozco.echeverry@hotmail.com
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