La mujer que se comunica con los animales
"Esto no puede ser",
rumora un miembro de la Policía de Carabineros en Facatativá
(Cundinamarca). Sus compañeros se miran sorprendidos y otros permanecen
incrédulos, mientras Xiomara Rodríguez cierra los ojos por unos segundos
y sonríe, antes de empezar una conversación con una perrita.
Es una mañana fría en los jardines de la
Escuela de Carabineros. Rodríguez, etóloga, llega al lugar para hacer
una demostración de su habilidad y conocer las historias de los animales
de la Policía.
La mujer observa a lo lejos a cuatro
pastores alemanes y un labrador, ninguno ladra ante la mirada fija de la
barranquillera, quien desde ese momento se prepara para hacer "conexión
telepática" con los perros. El silencio y la intriga invaden a los
policías. ¿Qué dirán los perros? Se preguntan.
"Lo sé, es difícil de explicar", dice
Xiomara, quien reconoce que no hay una razón científica que explique
cómo habla con los animales, pero indica que desde el punto de vista
energético se mueve en niveles más altos que la mayoría de personas. Lo
define como un don que nació con ella, pues recuerda que desde los 6
años en la finca de sus padres, en Barranquilla, sabía lo que los
caballos y perros querían. Todavía no los escuchaba.
Cuando tenía 20 años, a mediados de los
90, su mamá vivía en Bogotá y la acompañó a una tapicería a recoger unos
muebles. Como en un episodio mágico y salido de la película 'Dr.
Dolittle' escuchó de un perro criollo decirle "por favor ayúdame, me
estoy portando mal y me van a regalar", recuerda Xiomara, que quedó
pasmada y se desplomó de la impresión sobre un mueble de los que había
en el lugar.
Pensó que el episodio era producto de su
imaginación, se dio palmadas en la cara y se rascó los parpados, estaba
tan pálida que no pronunciaba palabra hasta que la dueña del lugar le
contó que iban a regalar al can debido a que les estaba causando
problemas. "Salí despavorida de la tapicería", cuenta la mujer de 41
años, quien un par de semanas después viajó a Estados Unidos con un
secreto que no quería contarle a nadie por temor a las burlas.
Estando en San Diego habló con
un pantera, y en Hawái se comunicó con delfines. En ese entonces
adelantaba sus estudios en adiestramiento y conducta animal.
Hacia el 2000 regresó a Colombia. Todavía tenía miedo de escuchar la
expresión: "esa vieja está loca", así que solo les contó a sus amigos
más cercanos.
Comenzó a trabajar en conducta animal
con la médica bioenergética Elsa Lucía Arango, quien confió en el don de
Xiomara. En ese consultorio la etóloga se destapó y realizó su primera
consulta hablando con un animal de manera abierta y ante la mirada de
varias personas, fue con un perro rottweiler llamado Kato. (Vea en
imágenes: Xiomara, una mujer que logra comunicarse con los animales)
Hablar con los animales le trajo
momentos tristes. Era una temporada de calma y felicidad para Xiomara,
tenía un bebé con cinco meses de nacido que gozaba de buena salud, todo
iba bien, pero en 24 horas se descarriló el tren.
Despertó por los gritos de su hijo que
estaba llorando y con fiebre, decidió llevarlo de inmediato al hospital,
donde le advirtieron que el niño podría tener meningitis. La
impaciencia la consumía, pasaban las horas y su bebé continuaba enfermo,
el reloj marcaba las 2:20 a. m. y al niño le estaban haciendo la
punción lumbar.
Ese mismo día, René, un perro que fue su
gran amor, tenía un control en el veterinario, una simple rutina. Nadie
lo podía recoger, así que debía pasar la noche en la clínica
veterinaria.
A las 2:30 a. m. descartaron que el niño
padeciera meningitis, enfermedad que podría ser fatal, Xiomara sintió
un alivio pero la presión en su pecho continuaba. La madrugada pasó y el
bebé se recuperó.
En la mañana, con el bebé en sus brazos,
llamó para recoger a René, "lo sentimos mucho, el perro falleció", le
dijeron por teléfono. En su acta de defunción registraron la hora de la
muerte 2:32 a.m. Xiomara logró contactarse con él, René le dijo: "tu
podías seguir sin mí, pero no sin él, tenía que ayudarlo a estar bien",
cuenta llorando la mujer.
En sus años en Colombia ha escuchado de
todo por parte de los animales, "los dueños me llaman pa' todo, porque
tienen una emergencia médica y no dan con el chiste, llegan para saber
si el animal está bien, hasta por curiosidad y chisme para ver qué es lo
que hago o por modificaciones de conducta", explica.
Hace unas semanas una perra le
dijo que le dijera a su dueña que se diera una oportunidad con otra
persona tras la ruptura de su matrimonio. La perra descubrió al hombre con otra mujer, este guardaba fotografías con 'la otra' en su maleta de viajes.
"La esposa notó cambios en el animal,
que raspaba y orinaba la valija donde estaban las pruebas de la
infidelidad", contó Xiomara, la barranquillera añadió que la mujer un
día revisó el equipaje encontrándose con la sorpresa.
Ahora, uno de los perros de la Escuela
de Carabineros está acostado sobre los pies de su amo, lo único que hace
es ver a Xiomara y, en ocasiones, girar alrededor del policía. De
inmediato Rodríguez centra su atención en él, se acerca y la lame. Con
la voz entrecortada la etóloga narra: "mi tiempo se está
agotando, ya casi me muero. Le tengo que decir a Gabriel que gracias por
quererme, por ser el mejor guía que he tenido. Él me dio todo lo que
necesité", traduce Xiomara al subintendente Gabriel Bohórquez,
que rompe en llanto y cubre sus ojos por minutos, hasta saca un pañuelo
para impedir que observen su rostro empapado de lágrimas.
"Lo único que quería saber es si el
perro me quería", dice Bohórquez, y su llanto desconsuela a los demás
policías, quienes ya empiezan a tomar en serio lo que narra Xiomara.
Xiomara pasó un día en la Escuela de los
Carabineros para comunicarse con los animales de los policías. Foto:
Claudia Rubio / EL TIEMPO
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Entre los caninos hay otra perra tímida
que no está dando los mejores resultados en sus presentaciones, esta le
cuenta a Xiomara, según la mujer, su preocupación y lo que le pasa cada
vez que salta al ruedo.
Rodríguez explica sus falencias y
entonces pide que le den otra oportunidad. También su guía suelta
lágrimas, cuando la perra le dice que no la abandone, "somos tú y yo, no
dejes que me alejan de tu lado".
"Cuando ella me dijo lo que pensaba mi
perra sentí que me estaba hablando en realidad, ahora que lo sé no la
voy a abandonar", aseguró la patrullera Karine Zapata.
Los policías están anonadados, las dudas
empiezan a disiparse en la mayoría. Sin embargo hay otros que no 'comen
entero', a pesar de lo demostrado, "pues le atina o muchas cosas, pero a
otras no", dice uno.
Rodríguez, a diario, atiende unos cuatro
casos, viaja por Cali y Medellín para ver equinos, recorre ciudades
aledañas a Bogotá y fincas. Incluso resuelve casos de otros países a
través de Skype, teniendo contacto visual con los animales.
También se conecta con los animales
viendo fotografías, los dueños de los animales no paran de reír cuando
Xiomara les relata toda la vida de los animales.
En las calles evita hacer contacto con
los perros callejeros, pues ha tenido experiencias traumáticas y su
energía se gasta. Recurre a baños con café para cargarse.
Hace algunos días, en una de sus últimas
consultas, una perra que había sido recogida de las calle le contó que
un hombre abusó de ella, pero que ya estaba bien con su familia y eso
era cosa del pasado. "Eso fue aberrante, nunca había encontrado casos
así", aseguró.
Por el extenso terreno de la Escuela de
Carabineros corren caballos, sus imponentes melenas tiran para los lados
y caen a los pies de Xiomara revolcándose en el pasto.
"Yo sé que soy el mejor y que ellos
confían en mí, igual en ocasiones tengo que hacerme el difícil para
hacerlos quedar mal", le dice a Xiomara un caballo café. Los Carabineros
se miran y ríen, admiten que el caballo es muy bueno, aunque cuando lo
montan por primera vez los deja en ridículo en los desfiles.
Es en ese momento comienzan a preguntar de todo. ¿Le gusta su establo? ¿Cómo están las herraduras? No
paran de interrogar, le están buscando el quiebre a Xiomara, pero ella
se defiende de uno y el otro, reconoce el buen trabajo que hacen con
ellos y lo queridos que se sienten al lado de los policías.
"Gran porcentaje de lo que dijo es verdad, pero de todas formas me resisto a creerlo", aseguró el intendente Eudoro Cucunuba.
Xiomara roba caras de felicidad a los
Carabineros. Ya no tiene miedo de decir que habla con los animales y los
policías no saben qué decir, lo único que se les sigue escuchando es:
¡Esto no puede ser!
CRISTIAN ÁVILA JIMÉNEZ
Redactor de Nación
EL TIEMPO http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/xiomara-rodriguez-la-mujer-que-habla-con-los-animales/
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EL TIEMPO http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/xiomara-rodriguez-la-mujer-que-habla-con-los-animales/
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